Me dirijo hacia donde está Jessica, noto que ya ha abierto la botella y que está sirviendo un par de copas que ha tomado de la vitrina. —Tu casa es tan linda, me encanta —sonríe con sorna y sus ojos brillan con diversión cuando resoplo por sus palabras—. ¿Qué? Sabes que era una de mis favoritas en la lista. —Claro, seguramente querías venderme aquella de la calle Buckinghan que me parecía más una jaula de pájaros que una casa decente —ruedo los ojos, ella ríe ligeramente—. Debes admitir que esta era la mejor adquisición, hasta que compré el bungaló... —No sabía que te gustara tanto —alza una ceja, entornando los ojos—. La otra casa que te mostré iba más con tu personalidad y ahora que las cosa entre tú y... ella han terminado... —Jessica, no quiero hablar de eso —frunzo el ceño, desvia