Capítulo XVII —Nuto Marradi. —Nut... ¡¿pero no había explotado en el aire?! Hasta el escándalo que lo había destruido, el hombre político al que había salvado el pellejo casi con seguridad había gozado de una enorme estima, hasta el punto de haber sido considerado incluso como próximo presidente de la república. Su primer acusador fue precisamente Tartaglia Fioretti, a través de su diario y sus revistas, facilitando al mismo tiempo pruebas a la magistratura de que, a lo largo de quince años, valiéndose de testaferros, Marradi había construido, con ingresos ilícitos conseguidos mediante enredos político-económicos, un cártel internacional, que se había convertido en un temible competidor del trust del financiero. Era de dominio público que el día anterior a reunirse las cámaras en sesión