Capítulo XVI El financiero me hizo llevar con su propio helicóptero a su villa en las alturas del interior de Génova. Había aceptado reunirme con él por curiosidad y, también por deseo de revancha. Durante la llamada de la tarde anterior, que había concluido con esa invitación, el hombre me había parecido preocupado: —Han querido burlarse tanto de usted como de mí, por lo que parece —Me había invitado con la excusa de querer conocerme en persona—: …Usted es un valioso colaborador de mi periódico a quien, lamentablemente, no he podido todavía conocer en persona, pero mañana lo arreglaré. Advertí su incomodidad cuando le dije secamente que su periódico llevaba rechazando desde hace tiempo mis artículos y trabajaba para otro diario. Después de un momento de silencio, buscó arreglar las