–¡Pierce!
–Hola James.
–¿Nerviosa?
–No –respondió la morena –. ¿Debería estarlo?
–Teniendo en cuenta que mañana nos informan a dónde iremos supongo que sí.
Elizabeth intento evadir a aquel moreno de ojos negros que le seguía el paso hasta su auto.
–¿Qué firma pediste?
–O'Connors.
–Oh vaya –murmuró James –. No es muy famosa como Anderson o Wilson.
Exactamente por ese motivo ella la escogió. La firma de abogados O´connors era pequeña y sencilla que estaba cerca de su residencia, la mayoría de los estudiantes escogen lugares con prestigio que los rechazaban por un mínimo defecto, ellos aceptarían a una excelente estudiante de leyes con los ojos cerrados. Elizabeth tenía planeado llevar esos casos sencillos, la práctica sería fácil obteniendo la calificación más alta para obtener su título, aunque sonará aburrido y nada interesante, su principal objetivo era adquirir ese papel para empezar sus verdaderos proyectos sin tener que descuidar a Megan que ahora estaba en la etapa más difícil… La adolescencia.
–¿Quieres ir a celebrar nuestro último día?
–Debo ir por Megan.
–¿Sigues con el deportista?
A James le interesaba Elizabeth desde el primer día que llegó, a pesar de los pretextos y mentiras de parte de ella, él se empeñaba en conquistarla.
–Eso no tiene que importarte.
–Me importa si aparece en muchas fotos con una pelirroja.
–Así son los medios, James.
No esperó a que el moreno siguiera con la conversación cuando entró al auto y se fue.
James Wilson es el hijo del famoso abogado Paul Wilson y dueño de las firma de abogados Wilson, él tenía un lugar asegurado junto a su padre, su futuro estaba planeado desde su nacimiento y él lo sabía.
Solo habían dos lugares competitivos en Nueva York, la firma Wilson se mantenía en constante competición contra la firma Anderson, el último lugar a donde Elizabeth quisiera ir, había evitado a ese pelinegro por cinco años y quería que su vida se mantuviera alejada de él.
Al estacionar el auto cerca del lugar de entrenamiento de baloncesto de Megan, tomó su teléfono indagando en las r************* , justo como lo había dicho James, el moreno ojos grises que consideraba su amigo aparecía en varias fotos con Vivian Foster, modelo y actríz reconocido, una chica adorable, bonita y perfecta. Sin embargo, la mayor preocupación de Elizabeth era que debía conseguir otro pretexto para evitar salir con alguien porque al parecer estar soltera porque se le daba la gana no bastaba para muchos hombres, un ejemplo era James que seguía insistiendo en salir con ella.
Megan Pierce entró al auto saludando a quien consideraba su madre.
–¿Cómo te fue?
–Bien –sonrió Megan, pues hace unos minutos había estado con Matias, ese castaño que le acelera el corazón.
–La próxima semana comenzaré en la firma de abogados, así que le hablaré a la niñera que se encargue de venir a traerte.
–Sí mamá, lo sé –murmuró.
Megan estaba cansada que Elizabeth quisiera controlarla todo el tiempo, a sus once años se consideraba bastante mayor para hacerse cargo de ella misma, pero Elizabeth se estaba preparando para los peores años pensando en que los ataques de rebeldía no tardarían en aparecer.
–¿Vendrá Alex a cenar? –dudó Megan.
–No, bubú –contestó –. Sabes que se mantiene ocupado.
Hace un mes que Megan no veía a Alexander Grey, aquel chico que a pesar de no tener ninguna familiaridad lo consideraba una figura paterna, él le había enseñado la pasión por el baloncesto, lo veía todo el tiempo en su casa desde que ella era niña y se había convertido en una persona constante en su vida aunque Elizabeth le había prohibido llamarlo papá, él no era su padre y aunque había hecho mucho por ellas, Elizabeth no quería que Megan lo tomará como figura paterna porque el día en que conociera a alguien se alejaría de ellas, estaba segura que solo era cuestión de tiempo como estaba sucediendo ahora con esa modelo pelirroja, Elizabeth no la odiaba, la comprendía, después de todo qué mujer querría que su novio estuviera con dos chicas que no eran ni siquiera su familia.
Megan se dio una ducha mientras Elizabeth preparo la cena, la casa se volvió solitaria desde que solo eran ellas dos, al terminar Megan encendió el televisor para ver el partido de baloncesto en donde Alex estaba jugando.
Alex le había enviado dos entradas para llegar, siempre lo hacía en cada juego, pero Elizabeth le mintió a Megan para no ir, pensó en la pelirroja y lo incómodo que sería, trataba de que su mejor amigo tuviera una vida sin tantas complicaciones, después de todo merecía ser feliz.
Elizabeth decidió acompañar a Megan a ver el juego en el sofá a pesar de que no entendía nada, pero no quería que ella se sintiera sola.
–¿Tú también me vas a dejar?
–¿De qué estás hablando?
–Alex ya no viene y a la tía Cloe solo la vemos en los cumpleaños o alguna fiesta extraña.
–Alex está ocupado al igual que la tía Cloe, no podemos verlos todos los días, pero yo voy a estar aquí contigo siempre, eres mi número uno. – expresó Elizabeth –. Nunca lo dudes.
–Gracias mamá.
Después del juego Megan se encerró en su habitación con su teléfono, seguramente hablando tonterías con sus amigos como lo hacía Elizabeth a su edad, ella comprendía a su pequeña y le daba cierta privacidad y libertades que a su edad hubiera querido tener, esperando a que Megan tuviera una vida mejor que ella. Elizabeth se sirvió un trago mientras leía un libro, así se había vuelto su vida rutinaria sin amigos cercanos, sintió extraño como hace unos años todos estaban pendiente de su salud y la de Megan, ahora que habían logrado tener una vida aparentemente normal se han alejado, o mejor dicho, ella alejaba a todos de su vida.
Dejó de ir a la casa de su mejor amiga Cloe por miedo a encontrarse con el hermano mayor Robert Anderson, habían convivido un par de veces en eventos sociales, pero ella lo evitaba sin descaro. El alejamiento de Alex era más que claro, ella quería que su mejor amigo tuviera una oportunidad de ser feliz y tener una vida, tampoco se le daba mucho socializar, pues había tenido grandes avances con su tratamiento, aunque ciertas rutinas y pensamientos errados llegaban a su mente de forma automática y por sus experiencias pasadas estaba segura que el amor no era para ella.
Su primer amor, Alexander Grey, el mismo día que él iba a confesarle su amor y ella estaba segura de aceptarlo, sus padres tuvieron un accidente con ella y la pequeña Megan, a sus diecisiete años tuvo que hacerse cargo de la pequeña Megan y dejar de pensar en ella. Sus sentimientos y su personalidad cambiaron, ella nunca volvió a ser la misma después de ese día que marcó su vida.
La segunda persona de la que creía estar enamorada, Robert Anderson, después de que él hizo un increíble acto desinteresado por ella lo encontró acostándose con otra chica, estaba segura que Robert Anderson solo se amaba a sí mismo. Ella había sido rechazada por su familia que vivía en el extranjero, humillada en los primeros juicios legales, retomarlo años después reviviendo el pasado, tratamiento y terapias, el pasado de Elizabeth representaba sufrimiento para ella, ya no quería seguir así, lo único que deseaba en este momento, era vivir tranquila y tener algo de paz.
Al terminar su bebida tomó su teléfono buscando el número de Alex, pensó en llamarlo, no lo creyó correcto, escribió un mensaje sobre Megan extrañando su presencia y se detuvo antes de presionar el botón enviar, se mordió el labio pensando en quién era la persona que extrañaba la presencia de Alex, pensó en que su amigo merecía una vida.
En algún momento del camino Alex se volvió esa columna donde podía apoyarse, pero al cruzar el límite hacía la dependencia ya no parecía correcto, apreciaba y quería a su amigo, pero no era justo que siguiera atado a ellas.
Eliminó el mensaje y se fue a la cama antes de hacer una locura.
*Nota del autor*
Llego lo que esperaban!!!!
Ya vieron la portada!!!!!
Va, ya mucha emoción. Bueno mis soñadoras aquí tenemos el primer capítulo de nuestra bilogía, espero que les guste, subiré capítulos cada vez que pueda saben que avisaré en i********:: Nelumbia2293 y en el grupo de f*******:: Lectores Nelumbia
No olviden agregarla a su biblioteca y comentar o se me va a ocurrir romper un par de corazones. *meto cuchillo saco tripas*