Después de la cena Alessandro se puso en pie, Abril no sabía qué hacer, si seguirle o si quedarse sentada, él al ver que no lo seguía le dijo. _ Ya es tarde, vámonos. Abril se despidió de Cassian y siguió a Alessandro, ella iba caminando unos cuantos pasos por detrás, cuando llegaron a los aposentos del rey; Alessandro se quitó la chaqueta y aflojo su camisa poniéndose cómodo, Abril se quedó quieta sin saber que hacer, alguien toco la puerta, Alessandro abrió, habían dos sirvientas que llevaban las ropas de dormir de la princesa, Alessandro las dejó entrar sin decir nada y se sentó en el sofá mientras las sirvientas se encargaban de ayudar a la princesa. Las sirvientas siempre eran groseras con la princesa, sin embargo ese día no lo fueron, debían de estar asustadas de cometer un error