Alessandro tomó el rostro de Abril entre sus manos, él podía ver incredulidad en los ojos de Abril, ella no creía lo que estaba diciendo. _ ¿No crees lo que digo? _ No se que creer. Alessandro se inclinó para presionar sus labios contra los suyos. Él estaba tan cerca que Abril podía sentir su respiración, él veía sus labios con deseo, como si estuviera viendo un delicioso postre que deseara probar, muy cerca de sus labios él le preguntó. _ ¿Puedo besarte?, Las sirvientas ya se han ido, estamos completamente solos. Abril también deseaba besarlo así que asintió con la cabeza, sus labios se apretaron con los de ella en un dulce y suave beso, él pellizco en el labio inferior ligeramente y le dijo. _ Tus labios son dulces como la miel, me dan ganas de comérmelos de un mordisco. Eso le d