Ashlyn Me desperté con un gemido, todo mi cuerpo dolía. Ni siquiera quería abrir los ojos. Tal vez todo fue un sueño y en realidad morí. —Entonces no estarías sufriendo —se quejó Tundra. Me alegra que Tundra todavía esté conmigo. Antes de abrir los ojos, escuché mi entorno. Podía oír crujidos que asumí eran de un fuego. También podía oír ronquidos suaves. ¿Quién demonios estaba durmiendo cerca de mí? Abrí los ojos y me incorporé. El fuego que ardía en la chimenea proyectaba un tono naranja sobre la habitación. Estaba acostada en una cama muy cómoda y tenían envuelto mi torso en vendas. Todavía estoy usando la ropa que Derek me dio. Aparentemente, eso no fue un sueño. Pero, ¿cómo llegué aquí? Estaba observando mi entorno y me olvidé de los ronquidos suaves que escuché antes. Grité cuan