Ashlyn
Escuché una voz llamando mi nombre, lo que me hizo abrir los ojos, pero todo lo que podía ver era n***o.
—Despierta, Ashlyn —dijo la voz.
—¿Madre? —pregunté al abismo vacío.
—Sí, Ashlyn —respondió. Genial, malditamente muerta de nuevo. Mason nunca me dejará salir de nuestra habitación.
—No estás muerta, hija mía, pero realmente necesitas dejar de terminar aquí. —Se rio.
—¿Y dónde es aquí? —quise saber con curiosidad.
—Estás en el medio —contestó. Ojalá pudiera verla.
—¿Qué hago aquí? —cuestioné.
—La toxina que corre por tu sistema es del pez globo. Los vampiros lo usan como droga, pero disminuye nuestra curación y nos causa mucho dolor —me dijo.
—¿Eso es lo que viniste a decirme? ¿Que los vampiros están involucrados? —le pregunté.
—Mañana encontrarás a alguien muy importa
