ELIZABETH ALBENDER A la mañana siguiente, me siento un poco mejor, es impresionante saber que dos de tus familiares más queridos pasaron por situaciones similares ¡es una pesadilla! Me coloco un vestido verde botella, y mi doncella me aprieta el maldito instrumento de tortura mediaval llamado corsé ¡lo odio! Me miro al espejo y se notan mis pronunciada ojeras tocan la puerta –Adelante— —Y entra Elena como un huracán –como estas— me pregunta preocupada —Bien gracias— le digo amable —No te ves bien, apenas comiste ayer, si Albender te ofendió de alguna forma ¡le haré pagar!— —No debes preocuparte, tengo el mejor novio del mundo— le explico _y porque estas así_ _te lo diré, cuando este lista_ _¿Porque eres así?_ _¿Porque eres tan curiosa?_ le pregunto bromeando _ya Albender nos es