Julio – 3,390 a. C. Tierra: Villa de Assur NINSIANNA Todo el pueblo se agolpó fuera de los muros hacia el lugar donde enterraban a sus muertos, donde abundaban tumbas cavadas a poca profundidad en la tierra, y luego apiladas con piedras para formar un túmulo. Sobre cada tumba se había colocado una figura de arcilla que representaba al difunto, vestida con retazos de tela y apilada con la habitual "ofrenda de oración" de la familia al chamán: tres urnas de cerveza y ochenta lonjas de pan. Sudando bajo su pesado tocado de chamán y su collar de huesos que le irritaba, Ninsianna recitó el Atra-hasis, la historia del origen de su pueblo: Atra-hasis [36] Eran estos fantasmas los que los Ubaid aplacaban ahora; pues una persona cuya partida no era lamentada adecuadamente, permanecía entre