El jueves a la hora de clínica quirúrgica, Elia no fue, lo que me me hacía sentir algo mal, aunque era bastante normal que no llegara. El profesor dio la clase y salimos justo a las 5, lo que me pareció aun buena hora para ir a ver a Mario. Hoy le diría que por fin había decidido decirle a Elia lo que sentía, a final de cuentas, supongo que ella ya estaba al tanto. Subí al piso 11 y toque a su puerta, aunque nadie respondió. Abri la puerta, pero estaba vacío. Sentí una mano en mi hombro y gire para encontrar a Elia detrás de mi. - Hola- la saludé y sonreí. - Hola- sonrió sin ganas. - ¿Sabes dónde está Mario? - Sobre eso... ven- me pidió y fuimos a la sala de espera para poder sentarnos- sabes que el ayer entró a la cirugía- asentí con la cabeza, ay no, ya sabia por donde va esto- l