La semana pasó sin más, Elia siguió cubriendo la clase del doctor pero intentaba evitarme lo máximo posible, si podía no me hacía preguntas, intentaba que otro pasara lista por ella y se sentaba lo más lejos posible de mi lugar, supongo que debía seguir muy molesta conmigo. Hasta el jueves, comenzó a cambiar un poquito su ánimo, lo que, me costó algo de trabajo que pasara. El miércoles por la tarde, conseguí que uno de los amigos de mi hermano, fuera a la sala de residentes a dejar flores para Elia, supongo que sabría que eran mías, no esperaba que pudiera haberme reemplazado tan pronto. Dejé que mi hermano escribiera una tarjeta ya que a mí no se me daba bien ese tipo de cosas y lo llevaron. Alguien tenía que ceder ante su orgullo, y Elia valía la pena el intento. -Hola- saludó cuan