A comparación del día de guardia, la semana fue realmente aburrida, me sentía como estudiante de bachillerato otra vez, sin tarea y durmiendo una gran parte del tiempo, aunque seguro la siguiente semana me arrepentiría. Elia no dio señales de vida el resto de la semana, intenté mandar mensajes y llamarle, pero simplemente no la encontré. Así que uno de los días salí con mis compañeros de clase, que resultaron ser bastante geniales, pero no me había dado el tiempo de tratarlos. Querían ir al cine porque se estrenaba una película que todos querían ver y de paso llegamos a comer; así que saliendo de clases, nos fuimos a un centro comercial, buscamos una mesa suficientemente grande para sentarnos a comer los 11. Pedimos comida y esperamos a que nos lo dieran. - Que milagro que nos honr