- Princesa estoy bien – murmura Abraham cuando la nota preocupada revisando una pequeña herida que fue hecha por una flecha, esta solo es un rasguño, sin embargo, Angelica sintió un escalofrío recorrerla entera de solo imaginar que hubiese pasado si el hombre hubiese acertado a su objetivo. - Treinta centímetros y pudiste haber muerto – se separa de él cuando termina de desinfectarlo y sigue viendo a los alrededores aun cuando el moreno ya le ha dado dos vueltas al perímetro. Fueron totalmente sorprendidos por ese hombre de n***o, ninguno fue capaz de notarlo y eso alteró los nervios de ambos ¿Qué hubiesen hecho si le daba a la princesa? ¿cómo pudieron pasarlo por alto? ¿qué tan incompetentes se habían vuelto? Son solo tres de las muchas preguntas que rondan por sus cabezas, especialment