CAPÍTULO 12 Al escapar de Bastian y la mentada conversación tan incómoda a la que fui sometida, la recepción está hecha una fiesta en la que nadie se encuentra sentado o al menos quieto. Mis hermanas me jalan para bailar junto a ellas, no obstante al anterior percance que me hizo decaer de ánimos el danzar con ellas me provoca buen humor. Las siguientes horas bailamos, cantamos, me hallo en la pista de baile danzando junto a un primo lejano el cual la última vez que habíamos compartido, aun teníamos los dientes de leche. Todo esto bajo la cautelosa atención de Bastian, que parece tener un rastreador en sus ojos, me dedico a ignorarle ya que no hay más nada que hacer al respecto. Me acerco a la mesa para hidratarme sirviéndome bebiendo generosas cantidades de agua a lo que veo a Mildred