CAPÍTULO QUINCE Caitlin se quedó allí, en la cima de la colina, mirando a Caleb; no lograba entender por qué estaba actuando de esa manera tan extraña. Nunca lo había visto tan nervioso, parecía resultarle difícil encontrar las palabras para expresarse. Incluso podía ver gotas de sudor en su frente, y nunca antes lo había visto sudar. ¿Por qué estaba tan nervioso? ¿Estar de nuevo aquí, en la casa de su familia, era lo que lo ponía nervioso, por alguna razón?, se preguntó. ¿Y qué era lo que quería decirle? De repente, Caleb se apoyó sobre una rodilla, manteniendo los ojos fijos en ella. "Caitlin, he vivido durante siglos, pero tú eres el amor de mi vida. Si tengo que vivir mil años más, no hay nadie más con quien quiera pasar mi vida.” De pronto, algo hizo clic en Caitlin. Estaba sobre