–Tuve un ataque de furia, enojo... en realidad, no sé como llamarlo –confesé –. Pero lo que hice fue que los delate delante de todos, estaba tan furiosa que no medí bien las consecuencias de lo que estaba haciendo y entonces me caí –continué contando, prefería omitir la parte en donde Aiden me había empujado, el muy imbécil ya ni siquiera estaba en el país para seguir recordándolo, de está forma era mejor –. Me tuvieron que llevar al hospital de emergencia. Me detuve para tomar un respiró, toda la cara me empezó a arder, sentí el nudo en mi garganta, por un momento sentí que me estaba ahogando, no quería llorar porque seguramente Eliot pensaría que me sigue afectando y tal vez sea cierto, aún me afecta, pero ya no como antes, que tan solo recordarlo empezaba a llorar o de la nada comenza