Alizeé y Eliot regresaron al apartamento, ella no dijo una sola palabra en todo el camino, mantuvo su postura tranquila, pero Eliot sabía que le pasaba algo porque ella mantuvo su distancia y evitó mirarlo dejando la vista a la ventana, ese no era un comportamiento habitual en ella y eso la delataba.
De pronto fue Eliot quien sintió miedo de que ella se fuera, tuvo esa sensación de angustia de que al llegar al apartamento, ella tomaría sus cosas y se iría de su lado creyendo que era un monstruo, ella no podía irse ahora, ni siquiera tenía un lugar a donde ir para poder hacerlo.
–Dilo –pronunció en el momento en que entraron al apartamento, haría lo necesario para que ella no se fuera.
–Yo no tengo nada que decir –murmuró Alizeé.
–Por supuesto que sí –aseguró él –. Te dije que podía
