Alizeé se levantó al escuchar la alarma del otro lado de la habitación, escuchó a Eliot como en las últimas mañanas, ella tomó su teléfono y empezó a verlo, su plan era quedarse ahí hasta que él se fuera a trabajar, aún no sabía que hacer para el fin de semana, le estaba dando tiempo para que se le pasará el enfado por la comida que le hizo y luego intentaría otra cosa para conquistarlo, no entendía como era posible que al estar frente a él fuera tan torpe, ella no era así, siempre les mostro a los hombres ese carisma y seguridad, pero Eliot sacaba su lado idiota. Dió un brinco cuando la puerta se abrió de golpe mostrando la silueta de Eliot, ella se cubrió con la sábana como un instinto y él la miró a los ojos con un mal gesto. –¿Me vas a seguir evitando o vendrás a desayunar? –pregun