–¡Mira este! –Mandy llevaba en sus manos un vestido con encaje brillante alrededor del dorso.
–Demasiado brillante –reconoció Alizeé, lo que menos quería era llamar la atención y pensó que Eliot odiaría demasiado brillo y encaje.
–Es que ese día tienes que brillar –sonrió la chica.
–Mandy, seguro al señor Brander no le va a gustar y no quiero causarle molestías.
–Pero si él te dijo que hicieras lo que quisieras, hasta te dio una tarjeta.
–No es para que me compre muchas cosas, quiero algo más simple.
La mujer de la tienda se acercó a Alizeé.
–Busca un estilo en especial, señorita.
–Si, quiero un vestido de novia, elegante, sencillo, sin encaje, ni brillos, ningún tipo de adornos, nada reluciente o qué cambié de color, tampoco que sea enorme, que sea corto sin cola.
–Quiere
