Aunque todo lo que sucedía era bueno, yo jamás hubiera deseado que mis fotos salieran a la luz. No me gustaba verme en cada esquina mostrando algo de mi piel. No quería que nadie me viera, Jamás. Me moría de vergüenza. Sin embargo, no tenía otra opción y definitivamente esto era mucho mejor que ser la burla, pero ¿Convertirme en modelo? Yo no era capaz de algo así, y eso debía aclararlo con Alex. Desde el mismo momento en que mi abuelo y yo, entramos en la empresa, todas las personas querían hablarme, saludarme, felicitarme, todos me sonreían, todos me miraban, pero no de la manera en que yo esperaba, todos estaban alegres por el éxito de la nueva campaña. Fue pletórico. Subimos hasta la antigua oficina de mi abuelo, que ahora estaba ocupada con dos escritorios, el mío y el de Alex. S