Relata Alex: Yo estaba tan feliz, todo había salido perfecto, nuestro pequeño e íntimo matrimonio, nuestra primera noche nupcial, en la que, por cierto, tuve que contenerme en gran medida para no asustar a Ava. Todo iba bien, para que, en menos de veinticuatro horas, llegara esa bruja de Cecil, a dárselas de buena amiga para decirle a Ava, que todo lo que había sucedido entre nosotros, había sido un fiasco, una mentira, ¿Por qué era tan difícil que creyeran que de verdad quería a Ava?, y más importante, ¿Qué derecho tenía ella de arruinar nuestra felicidad?. La impotencia me llenó al escuchar sus palabras, y en serio tenía que contenerme porque estábamos frente a las amigas de Ava, pero sentí que tenía que demostrarles, que no me importaba lo que dijeran, que en frente de cualquiera yo