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En ese momento, Emmanuel arruga su rostro al ver a Carolina llorar, y le pregunta: — ¿Qué te paso? Este debe ser un día feliz para ti, ¿o es que lo hice tan mal para que te pongas a llorar?... ¿di algo Carolina? Carolina sigue llorando sin consuelo. Cuando Emmanuel respira profundo y abraza a su esposa, y le expresa: — Ya somos marido y mujer, puedes contarme lo que sea… — Se me vino unas imágenes de mi abuela que me pusieron muy sentimental. — Ah, bueno, pensé que yo tenía la culpa. — No, soy yo, perdóname. — Tranquila amor, todavía tienes mucho dolor en tu corazón… voy a la cocina a traerte un vaso con agua… En seguida, Emmanuel se levanta de la cama, y sin perder tiempo, va a la cocina y le trae un vaso con agua a su esposa, diciéndole: — ¡Toma! — Gracias. Car