“La felicidad no llega a la puerta, hay que buscarla, y pelear por ella” Walter Risso. **** Cuenca- Azuay, Ecuador. Días después María Paz viajó a Ecuador, luego de varias horas de vuelo llegó a la ciudad de Cuenca, posterior a tomar su equipaje abandonó la sala de arribo y corrió hacia donde Roberto Vidal la esperaba. —¡Abuelito! — exclamó María Paz y abrazó al señor. —Mi princesa...— respondió el hombre estrechando a la jovencita, para luego darle un beso en la frente a su nieta. Salieron del aeropuerto en una típica tarde fría cuencana—. Cúbrete con la casaca —solicitó el señor. María Paz se colocó la chaqueta y embarcó sus maletas en la cajuela del auto de su abuelo, luego subió en él, y minutos más tarde llegaron a la ciudadela privada en donde residían los padres de Rodrigo.