Días después. «200 copas by Karol G» retumbaba en las bocinas del yate que Joaquín había alquilado y organizado una grandiosa fiesta. Mujeres, licor, y varios amigos de él, disfrutaban la gran velada. Santiago Vidal era uno de ellos. El joven pensaba que estando con otras chicas y bebiendo sin medida podía sacarse de su alma y de su mente a Alba, pero la tarea era imposible, y mientras él creía que ella andaba por la vida disfrutando, la chica apenas terminó con él, abandonó la casa que vivía con su tía. Sola y embarazada intentaba ganarse la vida en lo que podía. Entre tanto Joaquín recargado en la baranda del yate observaba a sus amigos divirtiéndose. Varias chicas contoneaban sus caderas con sensuales movimientos intentando captar su atención, sin embargo, la mente de él se hallaba