La jovencita enrojeció al recordar que le mintió, y más por lo que su hermano mencionó, miró como el semblante de Joaquín se iluminó, y una amplia sonrisa apareció en los labios del joven. —¡Vaya! —exclamó—, así que vos querés casarte con un Duque —mencionó divertido—, debo aclararte que yo, no estoy disponible. —Elevó una de sus cejas mirándola a los ojos. María Paz lo observó de pies a cabeza. —Con un Duque de verdad, no con una imitación barata —expresó avistándolo con desdén. —Ya quisieras que este Duque se fijara en vos —mencionó él. —Dios te agarre confesado Joaquín —intervino Santy riendo. María Paz golpeó con su puño a su hermano. —¡Son un par de idiotas! —recriminó a ambos la jovencita. Los dos chicos soltaron una carcajada y luego el joven colombiano se dirigió a su amigo