“…Vale la pena pelear por nuestros sueños. Vale la pena equivocarse y levantarse. Vale la pena liberarse y ser el dueño de la verdad siendo uno mismo en cualquier parte…” Manuel Carrasco. **** Minutos después. María Paz se hallaba acostada en su cama, boca abajo chateando con su mejor amigo, ya no se oía música, ni las voces de los compañeros de Santiago, notó como los motores de los vehículos se iban encendiendo, entonces escuchó tres golpes secos en la madera de la puerta de su habitación. —Adelante —contestó, y bajó la tapa de su laptop, entonces giró su rostro y se encontró con la mirada de su hermano. —Nena, voy a salir —comentó. —Se nota —expresó sonriendo María Paz al ver a Santiago muy bien arreglado y perfumado. —Joaquín me avisó que van a cenar juntos. —Elevó una ceja San