Me subo a aquel auto de la realeza en compañía del príncipe. Mis sentidos se encuentran alerta. Salí en una pieza con el anterior atentado. Pero un segundo con tanto en mi contra, lo dudó. Fred me sigue de cerca en su propio auto, con varios de sus hombres. Mientras que yo en aquel auto, dejó atrás el caos que cause en la azotea. — Pido disculpas — dice el príncipe rompiendo el silencio. — ¿Por qué? — Por haber ayudado a la persona que quiso dañarte. — ¿Piensas que te creeré si me dices que desconocías las intenciones de quien llame hermano? — bufo — soy consciente de que mi memoria no está completa. Pero eso no quiere decir que soy tonta. — Comprendo tu desconfianza hacia mí. Yo si estuviera en tu lugar, también estaría así. Pero debes creerme, yo no sabía sus verdaderas intencione