Narra Pablo. Respiro profundo, mi corazón latía con violencia mientras las ganas de saltar de la emoción me llevaban a la privacidad de mi habitación donde podría celebrar el gran paso que había dado con Paulina. No solo había dado un paso muy importante al decidir ella besarme, si no que, gracias a ello, noté que ya no era una molestia. Estaba aceptando sus sentimientos por mí y estos, eran más fuertes de lo que pensaba. Con esa emoción, entro a la ducha sabiendo que todos los esfuerzos que había tenido que realizar por su pérdida de memoria, estaban dando frutos. Con una ducha larga de agua fría, intento calmar la insatisfacción que me hubiese encantado liberar con ella. Pero, comprendiendo que no era el momento adecuado, me concentro en relajarme, pero, como antes, el agua fría no a