Realmente no comprendía si la intervención de la mujer era parte del plan de Pablo, pero, ahora no me importaba ello, si no, ver como él iba a defenderse de lo que estaba viendo. Porque era claro que no iba a dedicarle un día a una persona que estaba coqueteando con alguien más. — Sí, si interrumpe, señora — dice la mujer que no se aleja de Pablo y yo sonrío por su respuesta. — Oh… — ¡Claro que no interrumpe! — dice Pablo alejando a la mujer que parecía morir en su pecho. — P-pero, señor… — Querías molestar un poco conmigo al no darme la manguera y todo se hizo un desastre, pero, eso no te da el derecho de decirle a mi mujer que está interrumpiendo. — dice Pablo asombrando a la chica que retrocede con temor. — Yo… — Lamento si mi risa y juego te ha confundido, pero, yo no estoy inte