Respiro profundo sabiendo que debo tener una paciencia más grande de lo que es el planeta Tierra. Porque Pablo, aunque es un adulto y es muy serio con sus negocios, cuando yo estoy presente o es algo relacionado a mí se vuelve una persona demasiado amorosa e infantil.
— El lugar en el que me encuentro, estoy perfectamente bien. — Digo renuente a quedarme al lado de él, para que siga hablándome de todo tipo de tonterías mientras seguramente intenta tocar mi mano o mi pierna.
— Como lo desee, mi hermosa novia. — Pablo, yo tenso mi mandíbula mientras imploro a todas las técnicas que conozco para arreglarme y así no estresarme por su constante dulzura.
— Aún no te he dicho que acepto que seamos novios. — digo mientras él de manera poco educada, pasa del asiento de piloto al asiento que está
