Capítulo 2.

2403 Words
El alma libre es rara, pero la identificas cuando la ves: básicamente porque te sientes a gusto, muy a gusto, cuando estás con ellas o cerca de ellas. Charles Bukowski. Respiro profundo al verlo frente a mí, me hago hacia un lado y el pasa. —Gracias .—Le sonrió amistosamente, mi corazón amenaza por salir de mi pecho, no me reconoce, asiento y salgo como alma en pena. Aún escucho mi corazón en mis oídos, no esperaba verlo así, no lo hacía. Un año aquí y está es la primera vez que nos vemos desde que tuve el accidente, niego rápidamente, joder, verlo no le hace bien a mi corazón, aunque no recuerde nada del pasado se que él significo algo para la antigua Nara, para mí antigua yo, como mismo significa algo para mí, luego de verlo o conocerlo de nuevo. Y verlo aquí, no, no le hace bien a mi corazón. Miró hacia ambos lados y estiro mi mano tomando un taxi y le indico hacia donde ir, cierro mis ojos con fuerza, quiero olvidar sus ojos negros, solo hace estragos en los sentimientos que tengo por él, sentimientos que aunque lo haya olvido volvieron a mi porque estaban marcados en mi alma. —Gracias .—p**o y salgo con mis manos temblorosas —Quédese con el cambio— —Gracias señorita .—Le dedicó una sonrisa y me alejo hasta abrir la puerta. —Buenas tardes .—Saludo al encargado y él me sonríe. —Buenas tardes señorita Houston — Le sonrió y me acerco al elevador. —Señorita por cierto, dentro de poco se mudara un joven al piso de al lado — —Me alegra señor Ronal, el piso tenía tiempo sin ser habitado ¿Cierto? — —Si hace más de un año, dentro de unos días el nuevo dueño se mudará — —Gracias por avisarme para estar al pendiente— Ahora tengo que estar al pendiente de las sesiones de sexo de esos dos, antes podían gritar porque nuestros vecinos estaban bastante lejos y el único cerca a un lado de nuestra puerta de había mudado hace más de un año, así que podían ser un poco escándalosos si querían, pero ahora no. Me adentro al elevador tocó el número siete de mi departamento y las puertas se cierran, pero antes de cerrarse por completo veo a alguien de una persona entrar. ¿Noah? Niego rápidamente, ahora que lo ví, solo estoy imaginando cosas. Salgo cuando las puertas son abiertas y suspiro al introducir la llave en la puerta. Por favor no quiero ver el pene de Noé por favor no. Al abrir la puerta abro lentamente mis ojos al verlo sentado en el sofá ignorando olímpicamente a mi mejor amiga. Odio a ese cabrón. —Buenas .—Sonrió y Mari me sonríe y corre hacia mí sintiéndose aliviada. —Él .—Hace un puchero y niego, no tiene que decirme, me doy cuenta perfectamente. —Solo ignorarlo chica .—Paso por la sala con Mari detrás de mí —¿Ya te dijo el señor Ronal?—Me adentro en mi habitación dejando la puerta abierta, para que él cabrón escuche—Tendremos vecinos otra vez ¿Sabes lo que eso significa? —Grito esto último, Noé se asoma con una sonrisa traviesa y ruedo mis ojos —Nada de sexo matutino si no es en el cuarto de Mari, no quiero tener que salir para hablar con él vecino porque escucho el entrar y salir de las bolas de tuyas del coño de Mari ¿Estamos? —Mari se ríe abiertamente. —Si .—Noe hace una mueca y se aleja. —Es un imbécil — —Tú aún sigues con él, más imbécil tú.—Ella me saca la lengua. Se que ese idiota la quiere, de una forma retorcida y fea, pero lo hace, solo deseo que ella se de cuenta que en el mar aún hay muchos peces. —¿Qué sucede? —La volteó a ver moviendo mi cabeza. —Te quedaste viendo el libro fijamente— —Nada .—Muevo un poco mi mano, camino hacia la mesa dónde está mi computador y abro un cajón sacando el botiquín —Ayudame por favor — —¿Qué te pasó? ¿Cómo te lastimaste?—Suspiro y evito su mirada. —Alguien me empujo sin querer y me caí — —Maldito imbécil, que se ponga lentes para que así vea .—Me saca la gaza y empieza a limpiar mi herida mientras yo me muerdo mis labios con dolor. Miró la herida cuando la vuelve a envolver y mete las ganas y el algodón con una mueca en la basura. Suspiro y me tiró en la cama. Volverlo a ver no estaba en mis planes recientes, si vivimos en el mismo país y estado, pero joder, este lugar es grande. —¿Qué sucede? Algo más pasó.—No puedo esconderle nada, ella me conoce bien. —Lo volví a ver .—Suspiró estirando mi mano, por el enorme tragaluz observo como poco a poco la luz del día se va. —¿A quién? —La volteó a ver cuando la siento a mi lado. —Noah .—Suelto su nombre y en vez de sentir mariposas siento una manada de elefantes. —¿Cuándo? —Se sienta de golpe con sus ojos brillando. —Él fue el que me hizo caer y lo ví en la librería — —No .—Sonríe moviendo mi hombro con picardía. Me río y ruedo mis ojos. —No me reconoció— —Imposible — —Es verdad, además no es tan extraño, la última vez que nos vimos fue hace cuatro años, la Nara que él conoció no existe más, tanto físicamente como mentalmente— —¡Ay por favor! Sigues siendo la misma.—Rueda sus ojos. —Lo dices porque has estado a mi lado todo este tiempo Mari, has visto mi cambio y a pesar de todo lo que ha pasado a mi alrededor jamás me dejaste, lo sabes bien. Además cuando él me vio por última vez era castaña, no usaba lentes y tenía los ojos claros ahora soy todo lo opuesto. Rubia, tengo lentes y uso lentillas de color azul .—Me apollo en mis hombros. —¿Y? Eso no es un gran cambio — —Contigo no se puede — —Claro que si, hasta un ciego se daría cuenta que eres Nara Houston, solo has tenido un pequeño cambio estético — —¿Pequeño? —Me levanto parado frente al espejo de cuerpo completo, miró la foto que está allí observando a la antigua Nara con una enorme sonrisa, mi cabello que antes era castaño se encontraba hasta mi nuca, todo alborotado, pero aún así marcaba mis facciones, mis ojos mieles claros poseían un brillo extraño. Si definitivamente no somos la misma persona. —Bueno, solo es un cambio pequeño — Me río y le doy por la cabeza, ella se soba. —Mira enana no busques peleas.—Me da un pequeño golpe y me saca la lengua—Recuerdo cuando lo conociste ¿Recuerdas? —Ella se calla y me da una sonrisa apenada. —No, no lo recuerdo, pero no me importa Mari y lo sabes .—Ella asiente. —Ahora vamos a comer .—Sale de mi cuarto y escucho su grito. —Noé bájame .—Se ríe y yo hago una mueca, amo su felicidad, pero no con él. ••• Ruedo mis ojos y hago una arcada ficticia cuando Mari lo besa en los labios. —Dejen comer frente a los pobres .—Los apuntó con el tenedor. —¿Sabes? Tengo un amigo que — —Para ahí campeón .—Lo detengo antes que siga —No gracias, tus amigos no son mis gustos ni un poco — —¿Acaso eres racista? —Ruedo mis ojos. —No lo soy, pero tus amigos son unos imbéciles y si soy racista con todos los imbéciles, da gracias que te hablo solo por Mari porque si no .—Llevo mi mano hacia mi cuello moviéndola lentamente. —No te atreverías — —Retame y verás, además aunque Mari te quiera me ayudaría a esconder tu cuerpo, después de todo soy su mejor amiga— —Imposible .—La voltea a ver y Mari bebé tranquilamente con una sonrisa. Me levanto de la mesa dejando mis platos en el lavado. —Ahora haz algo y lava los platos ya que te quedas gratis aquí .—Escuchó la estruendosa risa de Mari y el reproche de Noé. —Deberías defenderme, soy tu chico — —Mi amor es que lo eres, pero tienes que aceptar que Nara te odia— —No se porque, si soy bueno — Bueno, bueno están los coreanos y no por eso defendemos a los imbéciles infieles. Cierro la puerta detrás de mí, voy al baño lavo mis manos para luego quitarme la ropa de mi cuerpo, me siento y hago mis necesidades para luego bajar la cadena de la poceta. Me metí rápidamente bajo la regadera, cierro mis ojos dejando que el agua me envuelva, me baño y salgo envuelta en una toalla, camino hacia mi closet y tomó una pijama de chándal de cuadros largos y una camisa más grande que mi cuerpo. Me siento frente a mí laptop y la enciendo, cierro mis ojos y me concentró, hoy debo traer un nuevo capítulo a mi novela. Sonrió estando satisfecha con él resultado del capítulo y le doy programar la hora en que se publicará, me levanto y camino abriendo la puerta, ruedo mis ojos al escuchar los gemidos, suelto un largo suspiro exasperado y camino hacia la habitación de Mari cerrando la puerta. Voy hacia la cocina y me sirvo un buen vaso de agua, vuelvo a mi habitación y abro la ventana para sentarme en el balcón, recuesto mi cuerpo en la baranda mirando el cielo nocturno, hoy principalmente el cielo está estrellado. —Ah .—Recuesto mi barbilla en la baranda. Miró por encima del hombro un momento hacia la soledad de mi cuarto, a veces si quiera tener un novio, pero el desastre que soy y el desastre que es mi mente no creo que alguien sea capaz de soportarlo. Simplemente no soy alguien capaz de comprender la sociedad humana, es extraño. —No entiendo— Tal vez si hay algo mal dentro de mí después de todo, no es extraño por eso él me dijo todo eso después de aquel día. —¿Acaso no te duele todo lo que te digo? ¿Acaso tienes sentimientos? — Ese día me quedé callada, simplemente no sabía que responder a todas sus acusaciones, porque simplemente no entendía nada. Y ahora, este otro chico por el cual mi corazón late como desquiciado llegó de nuevo a mi vida, pero tengo fé, fé que no lo volveré a ver. Observo mi libreta y suspiro tomándola entre mis manos, no la abro solo me quedo viéndola. Es extraño, antes mis manos temblaban al sostenerla, sin embargo ahora no. Me adentro a mi cuarto y me acuesto en la cama encendiendo la lámpara, abro la libreta y me río al ver una regla. 5: Mantenerse siempre en lo seguro. ¿Que tanta mierda me hicieron para escribir estás reglas? Aunque no lo deseo saber, simplemente no deseo saber que era de mi antes de ese incidente. 7: Nunca, jamás volveré a enamorarme. Está regla la rompí antes de ese día y la termine de romper ahora, porque me enamore de alguien que no me reconoce y que además ya tiene novia. Cierro mis ojos y me dejó llevar por el cansancio. Me levanto de golpe y me muevo rápidamente, me baño y hago mis necesidades, al salir tomó rápido el desayuno. —¿Por qué tanta prisa? —Noé me mira con una ceja enarcada. —Tengo planes .—Es lo único que digo al beber el juego de golpe —Adios.—Salgo corriendo hacia el elevador dejando la puerta del departamento abierta. Pido el elevador, miró la hora en mi teléfono y maldigo entre dientes, me quedé dormida. —Joder .—Vuelvo a pinchar para llamar el elevador y sonrió al ver que sube, ya casi llega. —Nara se te olvidó el. —Me volteo y ella abre sus ojos, junto mis cejas y me volteó, el aire se escapa de mis pulmones y por primera vez deseo que la tierra me trague y me escupa lejos. Las puertas terminan de abrirse y ciento que pasa una eternidad, no soy capaz de moverme, mis pies no responden. Cuando por fin reacciono me volteó y observó a Mari que me extiende el libro y se adentra al departamento dejando sola. —Esto .—Me hago hacia un lado cuando él intenta pasar —Me cago en la .—Susurro al ver que se acerca al departamento de al lado. —¿Eres una de mis vecinas? —Maldición su voz. —Si .—Nara por favor, respira. —Que bueno, un gusto soy Noah .—Extiende su mano, yo me le quedo viendo a él y luego a su mano ¿Tengo que estrecharla? Lo miró y aprieto mi mano izquierda ansiosa. —Nara es un placer .—Hablo lo más neutral posible. —¿Nara? —Repite mi nombre y junta sus cejas. —¿Sucede algo? — —Oh, no para nada, solo que así se llama alguien que conozco .—Casi me atragantó con mi propia saliva. Soy yo imbécil. —Oh, Nara es un nombre común .—Idiota ¿En serio dices eso? —Me tengo que ir, un placer conocerte — —Igualmente Nara.—Mis vellos del cuello se encrespan cuando pronuncia mi nombre de forma extraña, me adentro en el elevador y marcó el último piso, levantó la mirada y casi jadeo al ver su intensa mirada en mí, le doy una sonrisa un tanto tensa y las puertas se cierran. Coloco mi mano en la pared del elevador controlando mi respiración. ¿Qué carajos acaba de pasar?
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