Thegn Sibert había decidido regresar a Lyminge de todos modos, para terminar el trabajo de nivelación de la fortificación anular que los vikingos habían levantado. Por eso no se sintió molesto cuando llegó un mensajero del archidiácono de Christ Church, Canterbury, exigiéndole que se reuniera allí con él. "Parece que tenemos un misterio que resolver", anunció Sibert con gravedad. "El archidiácono Wulfred me informa de que la priora de la abadía de Lyminge ha desaparecido sin dejar rastro". El thegn frunció el ceño y sacudió la cabeza. "Parece que se encontraba fuera de los confines por razones de... como él dice... cuidado pastoral. No regresó como de costumbre para cumplir con sus obligaciones. El archidiácono ha convocado al corregidor de la comarca, pero necesita nuestra ayuda para bus