oficina

865 Words
Mi nombre es Alexander Heist soy el Alfa de la manada atardecer se encuentra situada en Italia en el bosque del sendero azul donde estamos rodeados por playas y edificios donde soy el dueño. Me gusta permanecer en el mundo humano aún que ellos no sepan de nuestra existencia mi manada atardecer es hermosa ya que tengo leyes y se tienen que cumplir de lo contrario sacarán la bestia que vive en mi. Pues mi lobo Hércules es un maldito despiadado y más que aún no encontramos a nuestra luna la he buscado por todos los lugares y nada hasta que me di por vencido y tuve que elegir a una luna Angélica bronw es una mujer loba fuerte y aún que he estado una que otras veces con ella ya que quiero un heredero, pero no puedo seguir no me gusta siento que le faltó el respeto a mi compañera tengo 28 años y desde mi mayoría de edad la he estado buscando y nada, el único que me apoya es mi hermano y beta de mi manada Adrien Heist ya que él sabe lo que es no tener a su compañera pero el muy desgraciado es un mujeriego y descarado nunca se a llevado con Angélica dice que es una vanidosa o caprichosa, ojalá y la luna no lo castigue con una mujer así. —¿aún sigues en tu mundo?— hablo Adrien desde la entrada de la oficina —¿de que hablas?— me levanto y le invito un trago —no mientas se que no quieres ir para la manada porque está Angélica y nuestra madre— se burló Adrien —esas mujeres me van a volver loco— murmuré contra la copa de vino blanco —sabes que tenemos que viajar en esta semana para argentina ya arreglé todo lo del viaje— me levanto y me dirijo a la salida —¿aún quieres viajar en un avión común y corriente y no en el tuyo?— hablo Adrien —no quiero llegar haciendo una escena en la terraza del edificio me gustaría llegar lo más bajo posible— sonrió observando la hermosa vista que me brinda mi oficina —ay Alexander nosé que estarás tramando en tu loca cabeza pero se que Hércules está detrás de todo esto tus ojos ya no son color café hermanito— niego con la cabeza —hola Hércules— —hola adrien sabes que tenemos que ir esos desgraciados tienen a uno de nosotros encerrados tenemos que descubrir que tanto saben de nosotros— hablo Hércules el lobo —tienes razón no vamos a dejar que se salgan con la suya y es bueno ocultar nuestro aroma de lobos yo sé porqué lo digo— hablo Adrien saliendo de la oficina —seguro va a estar con otra— gruño Hércules —cuanto quisiera hacer lo mismo— —jamas! nosotros somos de nuestra luna— gruño Hércules —lo sé pero se me hace difícil un hombre como yo debería tener una vida s****l muy activa y más si se viven lanzando su cuerpo a mi— recuerdo a mi asistente un día la muy descarada entro y se desnudo arriba de mi escritorio la despedí enseguida era una humana de lo contrario la fuera hecho pagar ahí mismo —esa zorra tenía buenas tetas pero nada de culo— rió Hércules —¿quien puede contigo?— hablo Alexander —solo tu idiota— —¿se puede?— hablo una voz familiar —Malditasea Angélica ¿que hace aquí?— murmuré —ya entre cariño— hablo la morena alta con ojos verdes —nadie te dijo que entraras— hablé fuerte sin levantarme de mi asiento —tu madre me mandó a buscarte tenemos que cenar esta noche también quiero volver a intentarlo— hablo Angélica con la voz más fina posible —sabes que no puedo! es más estoy pensando muy bien no hacerte la luna de mi manada— me reí de su cara —¿que!? ¿estás loco verdad? ¿esos cabellos rulos que tienes a tu alrededor no te dejan pensar bien?— grito Angélica Alexander Me levanto delicadamente con una sonrisa de lado me acerco a ella y la tomo por las caderas sujetándola fuerte bajo mi mirada y la observó haciendo que sus piernas tiemblen —no vuelvas a dirigirte a mi con ese tono, no eres nadie Angélica deja de comportarte como una luna, además no quiero estar contigo y por otro lado ni siquiera soportas a este— me tocó mi paquete —no me gusta que te quejes siempre— me alejo y salgo de mi oficina —hola señor Alexander— hablo la nueva asistente —buenas tardes porfavor saque a la mujer que está en mi oficina y llamé a alguien que la limpie y cuidado con esa loca— entro al ascensor concentrado en mis ideas, salgo de ahí y entro en mi carro deportivo n***o —muy bien mamá buen shows me mandaste— grité en mi auto saliendo a toda prisa pasando el océano que se encuentra de lado a lado
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