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Ailín tiene montones de ropa, me muestra un diminuto bikini n***o, ella es un poco más delgada que yo, jamás en la vida me pondría ese bikini, me moriría de vergüenza — Este te quedara perfecto – dice con una amplia sonrisa en su pecoso rostro, niego nerviosamente — Ailín no me gusta ponerme bikini y menos uno tan chiquito –digo mirando la diminuta tela frente a mí, ella sonríe divertida — Estás súper delegada, se te va a ver divino y a Max le va a encantar – dice y me guiña el ojo, con eso me ha convencido, si a Max le gusta, hare el sacrificio de ponerme por primera vez un bikini Tengo puesto el dichoso bikini n***o que Ailín me ha prestado, claro que me puse un short encima, mi pudor no me permite enseñar mis miserias. Llegamos a la piscina, Max sonríe al verme y yo me olvido de l