Pasada la impresión inicial. Helios, se sintió mucho más tranquilo. Aunque no sabía, como había adquirido divinidad. Decidió tomarlo, como el primer golpe de suerte; de su nueva vida. No obstante. Sabía, que no podía dejarse llevar fácilmente; por las emociones. Esto era similar; a adquirí una skill poderosa, en un juego. Si bien, al principio parecía algo increíble. Con el uso; descubriría, cuáles eran sus defectos. En este caso; había adquirido divinidad. Sin embargo. No entendía, cuál era el alcance real de esto. En ningún lugar decía, que fuera inmortal. Por lo que dedujo, que no lo era. El seguramente, podía morir. Se dijo así mismo; poniendo los pies en la tierra.
Después de plantear, el estado actual su mortalidad. Pensó las cosas, con la cabeza fría. Al principio, miles de ideas; se le vinieron a la mente, sobre cómo aprovechar su divinidad. Pero luego de pensarlo un poco. Decidió descartar todo. No sabía, que tan común era la divinidad. Buscando en su banco de memoria. No fue capaz de encontrar, información relacionada. Lo que se le hizo muy extraño. Ya que había memorizado, 12000 libros; de la biblioteca militar, de su escuela. Además, tampoco recordar haber escuchado algo sobre ella. En los diez años, que llevaba en ese mundo.
Poco a poco, una idea se fue formando en su mente. Pero antes, de continuar. Decidió buscar en internet. Usando su brazalete de intercomunicación. Lamentablemente, no encontró ninguna información sobre divinidad; en la época actual. Solo encontró historias y mitos. Que se remontaban, a más de 4000 años en el pasado. En estas historias, se hablaban de fuerte guerreros. Que después de realizar, múltiples proezas. Fueron recompensas, con divinidad. Convirtiéndose en semidioses. Para luego desaparecer de la historia. Algunos traicionados, y otros simplemente se desvanecieron.
Mirando el panorama general. El futuro, si las personas descubrían su divinidad. No se veía para nada alentador. Día a día. Gobiernos, organización, y grupos privados. Buscaban formas de obtener poder, para mejorar sus fuerzas militares. Al punto, que experimentaban con soldados. Por lo que le preocupaba mucho. La idea de ser tratado como un sujeto de pruebas; o el espécimen de algún estudio. Si se descubrían los beneficios, que otorgaba la divinidad. Probablemente, seria capturado. Para ser enviado a un laboratorio. Donde los secretos de su cuerpo, serian desentrañados por científicos; a costa de su propia vida. Al final con divinidad o, sin ella. Era un simple clase D. Si un día desaparecía ¿a alguien realmente le importaría?
Asustado, de los posibles escenarios. Que podían suscitarse, si daba a conocer su divinidad al mundo. Decidió, que el mejor curso de acción. Seria ocultarlo. Al menos hasta que tuviera los suficientes medios o poder; para protegerse así mismo. De lo contrario, estaría tentando su propia muerte. Por eso, desde ahora. Se aseguraría de jamás sacar su grimorio en público. Ya que su color oscuro, solo levantaría sospechas. He intentaría continuar con su plan, de convertirse en alquimista. Solo que, en vez; de ser un módico alquimista. Aspiraría a ser un de los mejores. Sin la fuerza, que lo frenaba; tratando de sabotearlo. Estaba seguro, que lo conseguiría.
Sin mas que hacer por el momento. Decidió revisar con más detalle. Los cambios físicos, que había sufrido su cuerpo. Gracias, a lo que había aprendido en múltiples libros. Era consciente, que las habilidades de mejora física. No solo otorgaban, puntos de atributo. Estas realizaban cambios directos a la constitución física. Para permitirle al usuario, soportar la carga; que generaba, el incremento de los atributos físicos. Lo que significaba, que tras la adquisición de “Cuerpo semidivino”. Su cuerpo, había sufrido algunos cambios; significativos. Que aún no había descubierto.
Retirando la chaqueta del uniforme militar; junto con una camiseta, que utilizaba por debajo. Se paro frente a un espejo. Anteriormente. Debido a un plan entrenamiento; estandarizado, en las secundarias militares. La musculatura de Helios, era delgada; pero definida. Ya que se encontraba enfocada. En la fuerza mecánica, flexibilidad, y la resistencia. No, en la expansión de masa muscular. Y mucho menos, en mejorar la dureza de los músculos. Consintiendo, principalmente su entrenamiento. En repeticiones de ejercicios básicos, como: sentadillas, planchas, abdominales, desplantes, y boxeo; combinado con carrera de resistencia, y natación. El motivo principal, de este plan de entrenamiento. Era crear soldados fuertes, rápidos, agiles, y con buena resistencia; para el combate.
Mirándose al espejo. Helios, noto rápidamente los cambios. Para empezar, había ganado algo de masa muscular. Realmente, no era mucha. Pero si tomamos en cuenta, que su cuerpo era delgado. Gracias a la habilidad, “Digestión mejorada”; que no le permitía almacenar excesos de grasas, para masa corporal. Era fácil notar, el cambio. Ya no tenía una constitución delgada. Ahora su cuerpo, rozaba la constitución media. Que resaltaba fácilmente; en su cuerpo definido. Pero no solo esto. Experimentando con sus músculos. Noto que aun conservaba su flexibilidad. Además, después de cotarse con un cuchillo militar. Descubrió, que sus fibras musculares; tenían una fuerte dureza. Ya que no pudo realizarse, rasguño alguno. Lo que lo dejo, bastante sorprendido.
Para finalizar el examen, de su nueva musculatura. Decidido realizar, una serie de ejercicio de boxeo de sombra. Comenzando a lanzar, rápido puñetazo; sobre el aire. La fuerza que ejercía, era tal. Que los golpes, parecían retumbar; aunque no estaba golpeando nada. Otro punto importante, era su velocidad. Los golpes, llegaban a ser tan rápido. Que incluso, por momentos. Parecían manchones residuales; que se desvanecían en el aire. Conforme aceleraba, probando su resistencia. No obstante. Después de boxear, ininterrumpidamente; durante casi una hora. Se dio cuenta, que no sentía fatiga u agotamiento. Pero, si sudaba. Lo que significaba. Que su cuerpo, resentía parte del esfuerzo. Sudoroso, detuvo el entrenamiento. Obviamente su cuerpo, había tenido una gran mejoría. No podía negarlo.
Mirándose, nuevamente al espejo. Analizo, su figura. Sentía que había crecido un poco. Tal vez, un par de centímetros. Lo que confirmo, después de medirse. Extrañamente, a pesar de todos los cambios. Su cara, y su apariencia; no tuvieron cambio alguno. Seguía siento, aquel rostro plano; poco resaltable. Lo único importante. Fue que noto, cierto aire de inexplicable; al momento de realizar algunas expresiones. Pero sintió, que solo se trataba de su imaginación. Por lo que descarto esto hecho, como algo poco relevante. Sin imaginar, que su rostro serio; desprendía un sentimiento de encanto. Muy similar, al de modelos masculinos inexpresivos; que solían salir en algunas revistas de moda.
Terminando, su examen físico. Volvió a vestirse. Como casi siempre, usaba uniformé militar. Al ponérselo. Era imposible notar sus cambios físicos. Tal vez las personas, descubrirían que era un poco más robusto; pero no más de eso. Ya que el uniforme, ocultaba bien su musculatura. Pareciendo, el chico delgado de siempre. Algo que le agrado bastante. Ya que de esa forma. Las personas, lo subestimarían. Dándole, una ventaja estratégica; en combate. En caso, de que tuviera que pelear. Obviamente, no se iba a lanzar al fuego en la primera oportunidad. No era estúpido. Pero si se presentaba la ocasión. No dudaría, en usar el poder de sus puños; para protegerse.
Mirando la hora. Se dio cuenta, que era medio día. En unas horas, llegarían los de la mudanza. Así que necesitaba salir; para realizar algunas compras. Especialmente, necesitaba conseguir algunas cajas. Ya que la empresa, solo daba el servicio de transporte. Todo el proceso de clasificación de, y empaquetado; de sus pertenencias. Era únicamente responsabilidad de él. Teniendo, que haberlo realizado. Antes de que se presentaran, los empleados del servicio de mudanza. De lo contrario, perdería su depósito por el servicio. Y tendría posponer la mudanza; un día más. Para volver a contratar, nuevamente el servicio.
Algo que no quería. Deseando terminar la mudanza, ese mismo día.
Haciendo, una lista mental. De todo, lo que necesitaría. Abandono el departamento. Recordaba, que había un almacén; a un par de calles. Donde podría comprar todo. Sin imaginar, que al salir de su departamento. Se contrario, con una persona; nada agradable. Era Kirana. Quien simplemente, no pudo resistir sus impulsos. Después de ver partir a Helios; esa misma mañana. Siguiendo en secreto. Esperando, que saliera de su departamento. Para después confrontarlo. ¡Ningún clase D, jamás la había rechazado! Y hoy no sería ese día. Se dijo, ensimismada. Pensando como Helios, pronto caria bajos sus encantos.
-Cariños, sí que me hiciste esperar mucho. Fu, fu, fu, fu…- Al ver salir al chico, tan apurado; de su departamento. Corrió a interponerse en su camino.
Al verla. Helios, sintió; como de la nada, se le revolvía el estómago. -Podrías hacerme el favor, de quitarte del camino. Me estorbas…- dijo cortantemente. No quería tener nada que ver, con la chica. Por lo que eligió, no ser educado. La educación, era para mostrar respeto las damas. Y la chica frente a él; no podía entrar en esa categoría.
-Valla, valla. Esa boca sucia, requiere algo de educación- saco un ligero abanico; roza. Que utilizo; plantándolo en el pecho del chico. –Me parece. Que es mi obligación. Enseñarle a esa boquita de cereza tuya; algunos modales. No puedes hablarle, a una chica ten hermosa como mua- se señaló a si misma, con el abanico - de esa manera-
-No me importa, lo que piense. Solo has el favor, de quitarte del camino ¡No tengo tiempo, para tus tonterías! – la aparto con la mano.
Al momento de hacer contacto con Kirana. La habilidad de la chica, reacciono. “Sanguijuela de vitalidad”, era una habilidad ritual con dos funciones. La primera, era la de mejorar el talento mágico a atreves de la ingesta de vitalidad. La segunda, por otro lado. Le permitía medir la calidad de la vitalidad, del sexo opuesto; a través del contacto. Facilitándole, encontrar hombres; de buena calidad. A los que pudiera extraerles varias veces, su vitalidad. No obstante. En el momento que Helios, la toco. Su habilidad, se activó como loca. Alertándola, de una fuerte energía de vitalidad. Superior a cualquier otra, que hubiera detectado antes. Señalándole, que debía consumirla cuanto antes. Si lo hacía, podría incluso subir a la clase B; sin muchos problemas. Y si lo consumía constantemente, inclusive podría ascender a clase A. Esto como podrán imaginar. Era culpa de la divinidad de Helios. Y la vitalidad, que ella sentía. No era otra, que la que despedía “cuerpo semidivino”.
- ¡Tú no te vas a ningún lugar, antes de que seas mío! - grito la chica; enloquecida. -Entrégame tu vitalidad- las uñas de la chica, se transformaron en garras.
- ¡Que…! - sin entender los que sucedía. Helios, se apartó; presintiendo el peligro.
-No puedo dejar pasar una oportunidad así ¡Como te atreviste a esconderme, tan delicioso tesoro! -
-No sé de qué me hablas- confundido, se colocó en posición de combate. Mientras, una parte de su mente. Manipulaba su brazalete, enviando una alerta de crimen s****l. Lo que provoco, que todas las cámaras en el pasillo; comenzaran a grabar la escena, tomando evidencia.
-Siempre con esa actitud tan frio conmigo Helios. He tratado, de ser amable. He intentado, traerte a mí. Intentando darte regalos, y mostrándote mi sincerada ¡Pero tú, siempre me tratas con desprecio! -
-Te lo dije, muchas veces en el pasado. Eres horrible, no me agradas, y no estoy interesado en ti. Además. No soy como es juguetes, que puedes comprar con dinero, y regalos. Yo tengo mi propia dignidad-
-De nada servirá esa dignidad, cuando terminote contigo. Me encargare de dejarte seco, como un castigo ¡por todas las ofensas, que me has hecho! Hoy me daré un festín con tu cuerpo-
-Articulo 14. De las secundarias militares- grito. -Si un cadete, encuentra en peligro su seguridad. Está autorizado para ejercer la violencia, herir, y matar; de ser necesario- La razón, por la que dijo esto. Fue, para que quedara grabado en las cámaras. Si ella lo atacaba, aun sabiendo esto. Él podía matarla, sin que hubiera algún problema. La ley protegía a los cadetes militares; en esta clase de situaciones.
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