CAPÍTULO 6
BASTIAN
❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿
Mientras trabajaba desde mi laptop en la habitación de hotel, pensaba en Mila y su única y auténtica forma de ser, en realidad aun amándola de la forma tan perfecta y real no estoy dispuesto a cometer más errores en la vida, seguía siendo la esposa de mi hermano y estaba seguro que de alguna manera ellos resolverán sus problemas y no sería yo un obstáculo en su reconciliación, pero estar cerca de ella me llenaba de paz, me daba alegría y me hacía sentir seguro, ojala de alguna manera pudiera retroceder el tiempo y cambiar aquel día donde Lucrecia me dejó en evidencia frente a todos con la bajeza y estupidez más grande de mi vida, ese día debí correr tras ella sin importar el qué dirán y gritarle a los cuatro vientos cuánto la amaba, que me había equivocado como un cobarde pero que estaba arrepentido y solo deseaba su bella presencia en mi vida, de haber actuado de la manera correcta imaginaba su hermosa silueta recostada en la inmensa cama frente a mi sonriente por lo feliz que era a mi lado, una llamada de mi abuela me trajo de regreso a la realidad.
—¿Por qué siempre llamas cuando más te extraño?
—Ingrato, no te has dignado a llamar a tu abuela en todo el día.
—¿Qué?, son las 2:00 de la tarde —desorbitando los ojos con sorpresa de que había pasado toda la mañana y parte de la tarde frente a mi computador trabajando —. Sorry abuelita se me paso el día en el trabajo ¿Qué te parece si tu hermoso y cautivador nieto te invita a cenar?
—Hay cosas en las que no cambias, sigues siendo muy odioso y vanidoso.
—Cambie mi actitud no mi personalidad, dejaría de ser yo si actuara como un tonto ¿no crees? —pregunte, escuchando sus carcajadas a través de mi móvil.
—Tienes razón, esa personalidad antipática es la más hermosa y cautivadora de la familia. Por cierto tu hermano irá a cenar con nosotros, desea disculparse por su arrogancia y …
—¿Celos?, no debes preocuparte, no estoy en la ciudad para echar a perder la vida de Rodri, o intentar separarlo de Mila.
—No estoy preocupada por eso, la relación de mis dos amores sí me preocupa.
—Amo a mi hermano y no dañaremos nunca el amor y respeto que nos tenemos, ni siquiera porque amemos a la misma mujer.
—Hasta que te atreves a decirlo en voz alta.
—Aun teniendo el corazón a punto de estallar por Milania sé cuál es mi posición en esta historia.
—Hay situaciones que no se olvidan y otras muchas que no se pueden evitar, nos vemos esta noche —dejándome una incógnita como de costumbre.
Pedí de comer en un restaurante cercano, uno de mis favoritos para degustar un delicioso sushi, me di una ducha y al salir la puerta de la habitación sonaba. La rapidez con la que había llegado la comida me sorprendió abriendo inmediatamente y encontrando la figura de mi madre frente a mí, quien inmediatamente arropo mi cuello con sus brazos.
—Que sorpresa verte aquí Silvia —comente sorprendido.
—¿Te molesta mi visita?, obviamente no fui invitada ni avisada de tu llegada al país, pero escuche a tu abuela comentarlo con tu abuelo en la junta. Tenía muchas ganas de ver a mi hijo —tragando grueso mientras sus ojos se humedecen.
—Pasa. Disculpa el desastre, he tenido un día ocupado —ella entró recogiendo el reguero de prendas de vestir que había en la recamara —. No te preocupes llamaré al servicio de habitación que venga a encargarse ¿Cómo estás?.
—¿Cómo estás tú?, tu abuelo comentó sobre tu proyecto ¿quieres contarme?
—Desde cuándo te interesa mi vida?
—Desde que empezaste a crecer en mi vientre, ¡soy tu madre!, sé que no he sido la madre más abnegada del mundo pero aun así amo a mis dos hijos.
—Créeme no se te nota ¿Por qué estás aquí?, no tendrás otra marquesa para arruinar mi vida ¿o sí?
—Estoy aquí porque deseaba ver a mi hijo. Deseaba lo mejor para ti y pensaba que Leonor era un buen partido, me equivoque y lo siento.
—No es tu culpa, el que debió negarse era yo. Pero el pasado es eso Silvia las huellas que dejan tus pasos malos o buenos, aprendí de todos mis errores.
—Me doy cuenta que eres un hombre nuevo, siento orgullo de madre al ver que estás surgiendo por ti mismo en el mundo de los negocios —mirándome fijamente —. Me gustaría poder conocer sobre tu proyecto en áfrica y ser una de tus inversionistas, no me mires así, no tengo ninguna intención externa solo la de formar parte de tu sueño.
Estaba confundido por la nueva faceta que presentaba mi madre frente a mí, no sabía qué pensar exactamente. Aquella mujer a quien mi hermano y yo llamábamos por su nombre aun cuando nos trajo al mundo jamás se había interesado en mis proyectos, mucho menos en mis sueños a futuro, de cierta forma siempre había manipulado nuestra relación de madre e hijo a su conveniencia por lo cual no confiaba en su cercanía “maternal”.
—Disculpa si siento desconfianza de tu tan interesada manera de formar parte de mi proyecto pero entiendes perfectamente que mí intriga hacia tu visita esta tarde es entendible.
—Entiendo perfectamente tu desconfianza, pero podríamos firmar un documento donde el dinero que invierta en tu proyecto no lo espero de vuelta, solo deseo invertir en tus sueños —con la respiración agitada.
—No es necesario el documento, una de las cosas que he aprendido en África es a trabajar en las segundas oportunidades, en la confianza y en ser menos crítico, si deseas invertir en mi proyecto, en mi sueño y en este gran safari no te lo negaré aun cuando no confié completamente en ti.
—Gracias hijo —comento soltando un suspiro de alivio.
La puerta volvió a sonar, esta vez estaba seguro que era la comida pero me encontré con la figura de mi hermano a quien abrace de inmediato, susurro rápidamente a mi oído ¿Qué hace Silvia aquí?, murmure “no lo sé” percatándome que no estaba solo él venía en compañía de su mejor amigo Rogers, lo cual me extrañó un poco pero no le di importancia les hice pasar.
—¿Cómo está señora Silvia? —pregunto Rogers mientras se sentaba.
—Un gusto verte después de tanto tiempo querido.
—El gusto es mío —colocando su mirada en mi —. Es bueno tenerte de regreso Bastián.
Respondí con una sonrisa mientras buscaba en mi hermano una respuesta a tan inesperada visita.
—Bebé, Rogers está aquí porque tiene una noticia importante que compartir contigo.
—Alonso hace unos días decidió compartir otro de sus atroces secretos, confesó que asesinó a veinte chicas más en diferentes estados —entregándome un carpeta con fotos —. No encontramos similitudes porque como te das cuenta estas chicas no son de la calle. Son colegialas y universitarias, está dispuesto a dar su ubicación, sus padres merecen un cierre, un cuerpo a quien llorarle.
—Desgraciado —resoplando, cerrando inmediatamente la carpeta —. ¿Qué tiene que ver esto conmigo? —pregunte tajante.
—El solo está dispuesto a colaborar si eres tú quien lo visita para revelar información.
Quedé atónito con aquellas palabras, no podía creer lo que salía de la boca de Rogers ¿Alonso quería revelarme sus dantescos crímenes? ¿Por qué?
—Mi hijo no tiene por qué exponerse a esa cruda situación, Alonso quedó en su pasado.
—Entiendo su preocupación señora Silvia pero no podrá lastimarlo, está en prisión y siempre habrá guardias.
—Por alguna razón ese desquiciado quiere la presencia de mi hijo frente a él, lo puede lastimar psicológicamente.
—No estás en la obligación de aceptar Bastián —comento Rogers —. Sé que reencontrarte con Alonso después de todo este tiempo y de todo lo que paso no está en tus planes, entendería que te negaras a volver a tener que enfrentarte a ese monstruo.
—Tienes todo el derecho de hacer a un lado esta faceta bebé —comento Rodri apretando mi hombro.
—Lo pensare…
Mis pensamientos estaban confundidos con las razones por las cuales Alonso quería revelarme aquella información precisamente a mí, él era esa parte de mi pasado que no deseaba volverme a encontrar pero era lo suficiente maduro como para enfrentar aquel patético ser humano con el único motivo de darle aquellas chicas y familiares un cierre digno, conocía lo despreciable y calculador que era Alonso, si quiere tener mi presencia frente a él es porque detrás de su sorpresiva declaración había un maldito plan para joderme la vida.
REFLEXIÓN DEL DÍA:
«PERDONA, a tus padres, a tus hermanos y a todas las personas que te lastimaron. Porque luego es tarde para decir te AMO, te extraño, te necesito, te perdono. Perdona a la gente aunque no se lo merezca porque perdonar no salva a otros te salva a ti»