Camila estaba saliendo del agua y Luis Ángel se encontraba sentado en la orilla de la playa sonriente contemplando a su novia. Ella comenzó a bailar de manera extraña, algo que lo hizo soltar carcajadas. Camila soltó una pequeña risita y se acercó a él, estaba cayendo la tarde que creaba una hermosa vista para aquellos enamorados. La joven se sentó al lado de Luis Ángel y lo abrazó. —Tengo frío —le dijo. El joven la abrazó para así poder acurrucarla y darle algo de calor. —Hoy has estado bastante hiperactiva —dijo Luis Ángel. —Estamos de vacaciones, dije que las iba a disfrutar al máximo —explicó Camila—. No soy como usted, señor aburrido, que lo único que sabe hacer es sentarse y mirar. —¿Soy aburrido? —Claro que sí, pareces una hoja en descenso —alzó la mirada hasta poder ve