No podía creer lo que estaba haciendo en este momento, estaba a punto de arrepentirme de haber llamadas a ese par. -Vamos, no te desanimes, te ves hermosa. -dijo Ambar admirándome de pie a cabeza. -Opino lo mismo, no te arrepentirás, Sam. -esta vez habló Kiara desde mi cama. Me miré por ultima vez al espejo, no me veía tan mal, pero no quería salir mostrando mas de lo debería. Mis amigas buscaron en mi armario un viejo vestido que no lo había estrenado jamás, pues este me quedaba muy ajustado y a la mitad de mis muslos, dejando muy poco a la imaginación. Dejando claro que no lo compré yo, sino fue un regalo de mi tía Sophie cuando cumplí 18 años, no se en que rayos estaba pensando. Los tacones plateados hacían buena combinación con el vestido color n***o de detalles plateados. Mi cab