Dorian y Regina.

1961 Words
─¿Dorian vendrá a la boda? ─pregunta Jack sintiéndose mal por su amigo, ya que la última vez que lo vio, apenas y pudo hablar con él, o siquiera felicitarlo por las gemelas. ─Si tu pregunta es si está en la lista de invitados, si, lo está. ─mira disimuladamente a su hermano. ─Supe que su novia está embarazada también, pero, ¿porque mudarse a Londres? ─pregunta Leo. ─Porque su novia vive allá, y es lógico que no quiera cambiar su estilo de vida, no ahora que está lidiando con su embarazo. ─dice Jack, hablando más por si mismo que por lo que sabe. ─Hablamos hace una semana. ─dice Alejandro llamando la atención de todos. ─me llamó para poner en venta su departamento en la torre, dijo que planea comprar una casa en Londres para que las niñas puedan crecer en un lugar adecuado, lo que me parece excelente. ─Pero... ¿es que acaso ya no piensa volver? ─suelta indignado Leo. Él es quien más se aferra al grupo a lo que son como amigos, y lo último que quiere es que se separen. ─Es padre ahora, está bien si piensa en ellas más que en nosotros. ─Dice Alejandro mirando a Evelyn. ─Si, si... ─se levanta Alejandro, obligado por los pequeños empujones que Evelyn le da, sacándolo de la cama. ─pero ustedes tienen su charla y la nuestra está en pausa, así que... chao. ─se despide. ─Las chicas tienen razón, esto es cosa de ellas, nosotros debemos regresar a nuestro espacio donde hablamos de fútbol y empresas. ─dice Jack alejándose con los chicos. ─¿Tú sabes algo de fútbol? ─pregunta Anton a Jack, quién se hecha a reír negando con la cabeza. Tan pronto como se alejan los chicos, las chicas retoman su conversación. Las chicas al igual que Cristian conversan y ríen mientras planean la despedida de soltera de Diana. ─Un par de bailarines exóticos, algo de licor y buena música de perdición, es todo lo que necesitamos. ─da un gran sorbo a la limonada Alana. ─Nada de bailarines exóticos. ─ríe a más no poder Diana, con las muecas de Leo. ─Con todo esto... ─señala su vientre. ─no iré a la despedida. ─sonríe. ─De eso nada, todas estaremos ahí. ─se levanta Cristian. ─las embarazadas siempre están calientes, así que un baile erótico de unos cuantos desconocidos, no nos viene mal. ─se sienta junto a ella haciendo un baile gracioso. ─Leo debe estar muy feliz con eso. ─señala Alana entre risas. ─Deberías escucharlo gemir por las noches. ─responde coqueto ante la provocación de Alana. Todos ríen sin parar, un par de gritos entre carcajadas se pueden escuchar. Evelyn también sonrie, de cierta manera es feliz ya que puede ver a Alejandro con sus amigos, pero por otro lado, está todo lo que han pasado estos días, días en lo que Alejandro ha estado en el hospital, en constante evaluación médica para su recuperación, cirugías y tratamientos para sus cicatrices, han pasado días enteros juntos, pero no han estado solos, y éste será su primera noche juntos, a solas, y se siente extraño. ─las chicas si se divierten sin nosotros... ─suspira Anton viéndolas reír sin parar. ─Yo también puedo ser divertido, cariño... ─juega Leo haciendo reír a los chicos. ─Es un hombre comprometido, no te metas con el. ─bromea Jack. ─¿y tu?. ─señala Alejandro. ─¿cuando te piensas casar con la capitana América? ─señala a Alana. ─No se si quiere matrimonio, no parece ser de las que se casa... ─Le gustan las bodas, o por lo menos las disfruta. ─añade Leo. ─viste lo bien que se la pasó en la boda de Alejandro, y eso que él no le agrada. ─ríe intentando ser discreto. ─Si lo sé, pero no ha dicho nada al respecto, y ahora mismo no tengo prisa, estamos bien. O eso creo. ─se gira a donde están las chicas. ─Nadie puede pasar lo que pasó el. ─señala a Alejandro y este lo fulmina con la mirada. ─intentó pedirle matrimonio dos veces y una de ellas fue en una cena, con postre de chocolate en el que estaba el anillo, y resultó que ella jamás quiso el postre... ─estalla en risas y todos con él, hasta que Alejandro le lanza un cojín al rostro de Jack. ─¿cuando vas a correr? ─pregunta Leo cambiando el tema al ver a Alejandro algo molesto. Ahora es Jack quién se pone serio, aunque a intentado disimular, le es imposible. ─¿cuando será la boda? ─pregunta Alejandro aunque ya lo sabe, solo intenta poner la atención el Anton. ─Eres el padrino, ¿de verdad no lo sabes? ─dice ofendido. ─lo pregunto por Evelyn, está cerca a la fecha de parto. ─dice librándose de ser juzgado por su hermano. ─lo se, ya hemos considerado eso con Diana, es parte de los arreglos de la boda. Habrá una habitación especial para ella, en caso de que se canse, o se sienta incómoda. Habrá una ambulancia, enfermeros, y dos especialistas en caso de que algo suceda. ─dice dejando a todos estupefactos. ─No sabía que tuvieras todo eso solo para ella... ─suelta con asombro Alejandro. ─Los quiero a ellos dos ahí, Diana y yo los queremos a todos en nuestra boda, no queremos nada a medias. ─dice con unas sonrisa de satisfacción. ─¿Dorian confirmó la asistencia, con su ahora esposa? ─pregunta Leo mirando a Alejandro. ─Si, acaba de enviarlo. ─dice levantando su teléfono. ─y Rachel también, aunque... cuando hablamos en la mañana, dijo que sólo vendrá para la boda y estará de regreso en Mónaco en la mañana. ─dice con tristeza. ─No entiendo porque su insistencia en mudarse a Mónaco, y dejar todo atrás como si su vida jamás hubiese existido. ─niega con la cabeza Alejandro. ─Lo que pasó nos dejó mal a todos. ─evade alargar la respuesta Jack. ─Le afectó demasiado. ─insiste Alejandro en indagar, ya que se le hace muy extraño lo que pasó. ─Ella dejó que su dolor y miedo saliera a flote, no le importó lo que costara o el tiempo que le tomara, solo se aseguró de hacerlo y ya. ─insiste también Jack refiriéndose a ellos y todo lo que pasaron. ─es más barato que la terapia. ─bromea. ─La licorería y la concesionaria, no opinan igual. ─dice Anton sacando un poco de su enojo, después de todo lo que tuvo que hacer, cuando Rachel no dejaba de beber y chocar su auto, causando escándalos mediáticos con los que él tuvo que lidiar. ─Pero lo bueno de todo esto, es que ahora está mejor, en Mónaco gastando su dinero en cosas y no en licor, su hígado se lo agradece también. ─sonríe Leo. ─Hablando de hígados... ¿como sigue el tuyo?. ─pregunta señalando a Alejandro, quién ha volcado de nuevo su atención a Evelyn. ─Según los resultados, todo está bien... Alana, Diana, y Cristian ríen sin parar de cada una de las locuras que han pasado todos, mientras Evelyn está ensimismada con lo que ha pasado con Alejandro, pese a estar a cierta distancia de el, aún tiene la sensación de que en cualquier momento va a despertar y eso le aterra, y a sido así por días. Inicio de Flashback ─deberías salir y comer algo, yo estoy bien. ─dice Alejandro al verla doblar las sábanas de su cama. ─Puedo comer más tarde, apenas comí hace un par de horas. ─responde si mirarlo o voltearse. Aunque no lo hace, puede ver por el reflejo de la ventana, puede ver como se aferra a su bata. ─¿quieres que salga de la habitación? ─pregunta bajando la mirada al suelo. ─Me preocupa que no te alimentes bien. ─se acerca a ella. ─Esta bien... ─deja la sábana sobre la cama y voltea. Espera recibir un abrazo o algo, pero Alejandro retrocede un par de pasos. ─Gracias. ─se regresa al mismo lugar donde estaba de pie antes de que negocie su salida con ella. ─claro. ─sacude la cabeza con una sonrisa. ─estaré fuera. ─camina a la puerta. ─perdón. ─balbucea tomando su mano en cuanto ella la posa sobre la perilla. ─solo quiero protegerte. ─susurra a su oído. ─lo sé. ─toma su mano y la besa. Su mano mueve un par de centímetros las mangas de la camisa que él lleva puesta, se puede notar lo tenso que él se pone. ─estaré fuera. ─dice y sale de la habitación. Fin de flashback. ─Ella tendrá acción hoy. ─señala Cristian a Evelyn sacándola de sus pensamientos. ─Hoy sí, ya han tenido un mes entero. ─se incluye Alana. ─está embarazada, ¿cómo se supone que...? ─niega con la cabeza Diana cubriendo su cara con ambas manos. ─¿te lo tengo que explicar? ─se coloca Leo en posición de gateo haciendo un baile gracioso. ─Estás loco. ─se cubre con ambas manos la cara mientras niega entre risas. ─Tiene razón... ─señala Alana a Cristian. ─hay muchas maneras en las que puedes... ─Lo descubriré con él, no..., así. ─señala a Cristian algo avergonzada. ─¿cómo es que eres la unica embarazada aquí, y no puedes hablar de sexo?, no es algo malo, es natural... ─ Dice Diana con auténtico asombro. ─Es por su madre. ─da un sorbo más Alana, abriendo los ojos como platos de manera graciosa. ─dudo que le haya hablado de sexo algún día. ─señala. ─iré por más de esto, o un vino. ─se aleja levantando la jarra. ─Mi madre es... ─¿Cómo lidias con tu madre, y tu..., ahora hermano? ─pregunta Leo, y automáticamente tiene tres pares de ojos sobre él. ─Solo digo... ─se encoge de hombros. ─Mi madre cree que no es una mala persona, que solo fue maltratado y merece una segunda oportunidad. No sé qué es lo que quiere y porqué mis padres están convencidos de que pueden ayudarlo, pero yo no puedo hacerlo igual que ellos, yo no puedo verlo sin ver al asesino de mi esposo, de su mejor amigo y de... ─¿Renata?. No debería darte pena en absoluto. ─la regaña Diana. ─esa mujer fue el punto de partida en todo lo que pasó. ─Lo sé, es solo que... ella murió en el incendio de la cabaña, ya me dirás cuanto tuvo que haber sufrido en ello. ─se lamenta acariciando su vientre. ─Lo sé, pero todo lo que pasó fue culpa de ella. Si me lo preguntan, yo no lo lamento. ─suelta Cristian. ─Suena feo, pero yo tampoco. ─niega Diana. ─quien sabe que más habría hecho hasta a ahora. ─Ya no quiero hablar de eso, mejor hablemos de tu boda y... ─Aún no me la creo. ─sonrie Diana con emoción, cambiando el ambiente totalmente. Alana entra a la cocina en busca de algo de vino, cuando encuentra a Miriam. ─Disculpe, quería algo de beber. ─señala al jardín. ─¿tiene alguna preferencia? ─camina a la licorera. ─De tener tengo muchas, pero la señora de la casa no puede y tiene tres hermosas razones, así que solo será limonada. ─sonríe y así también ella. ─Limonada entonces. ─saca una jarra y la coloca en bandeja de plata. ─la llevaré enseguida. ─está por tomarla, pero Alana se adelanta. ─No hace falta, yo la llevaré. ─la toma con una gran sonrisa. ─Evelyn ha dicho que usted es de la familia, ¿porque mejor no viene y nos ayuda a convencer a Diana de una despedida de soltera alocada? ─La señora es muy amable, pero solo soy de ayuda, y apenas me estoy tratando de ubicar en esta nueva casa. ─niega con la cabeza. ─¿segura? ─Claro que sí señorita. Diviértanse. ─dice y sin más Alana se va. Aunque Evelyn se ha esforzado en hacer de Miriam parte de la familia, ella ha mantenido su reserva, realmente apresia mucho a Evelyn y Alejandro, pero ella tiene su propia familia, así que mantiene sus límites como buenos amigos.
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