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Jack, ha permanecido de pie, como una estatua, la única manera en la que Jenko puede saber que su hijo aún respira es al ver el vapor que sale por su boca semiabierta por la noticia que acaba de recibir. ─Será mejor que volvamos a la carretera, o vas a congelarte. ─dice regresando al auto. ─¿porqué me mentiste? ─dice y Jenko se regresa en sus pasos. ─¿ella sabe que hoy existo?, ¿tienes negocios ilegales?, ¿eres un mafioso? ─balbucea por el frío. ─Por miedo. Si lo sabe. No, esa fue la idea de dejar todo eso en mi pasado. Y respecto a lo de mafioso, deberías ser más específico. ─dice con una inusual calma. Es como si el frío no le llegará a afectar en absoluto. ─¿Así nada más? ─pregunta por demás indignado. ─Te estás congelando, ¿y quieres hablar aquí?. ─niega con la cabeza. ─Quieres qu