Mala cara

2420 Words
Subo a su auto y el ambiente se torna a uno muy tenso y asfixiante, me acercó un poco más a la ventana y trato de tomar un poco de aire, el camino se me hace demasiado largo, entramos a una unidad de gente rica, pero el carro sigue su curso y se detiene en una gran villa que está alejada de las demás casas, es demasiado grande y un poco tenebrosa parece casa de película de terror bajamos y enfrente de la gran puerta hay una linda fuente, en la puerta nos espera un par de empleados. -Bienvenidos señores- dicen al unísono, se acerca una señora como de 50 años un poco regordeta y con una gran sonrisa en su rostro, es el tipo de persona que te da buena vibra desde que las ves. -Bienvenido mi niño Jacob- menciona ella y lo abraza y este le regresa el abrazo cosa que no espere de alguien tan frívolo como el -¿Así que ella es tu esposa?- dice mientras me inspecciona con una ceja levantada, para después darme una gran sonrisa y abrazarme muy fuerte. -Hola soy Zoé- digo mientras la abrazo de la misma manera que ella y es que me transmitió demasiado confianza. -Lo se niña, lo se, yo soy Amanda el ama de llaves- habla con demasiada dulzura y supongo que Jacob le dijo que se casaría conmigo. -Muestrale la casa por favor- interrumpe Jacob con su voz tan firme y gruesa que hace parecer que está molesto -Ven aquí Zoé, señores desde hoy ella será la señora de esta casa y por ende deberán obedecer sus ordenes- dice Jacob mientras me presenta con cada uno de ellos. Voy detrás de Amanda quien me muestra cada rincón de la primera planta - Puedes entrar a cualquier área, pero jamás entres al despacho de Jacob y menos si está el dentro- me dice y solo aumento mi curiosidad pero debo respetar ya que el necesita privacidad y a mi tampoco me gustaría que me la quitaran -De este lado hay un gimnasio que podrás ocupar- y en ese momento me da felicidad saber que podré seguir ejercitandome. Seguimos el recorrido por la cocina, el comedor, la gran biblioteca, los demás cuarto y la gran sala donde al fondo hay una gran chimenea de piedra, me parece extraño que por ningún lado hay alguna fotografía de el. Subimos arriba y me muestra mi habitación y por supuesto que se me prohibió también entrar a su recámara, en este piso hay demasiadas habitaciones, ella me deja en mi recamara y dice que a las 10 empieza la cena. Mis maletas ya se encontraban aquí, lo bueno que decidí quitarme el vestido de novia en casa de mis padres, empiezo a ordenar mi ropa y mis zapatos en los armarios después voy al tocador y comienzo a desmaquillar mi rostro y despeinar mi cabellos, empiezo a desnudarme y me meto a la regadera a tomar una ducha de repente a mi mente llegaron algunas imágenes muy perversas con el y no se por qué pero imaginé que el entraba al baño y comenzaba a besarme y tocar mi cuerpo desnudo, deseaba que el consumara nuestro "matrimonio" abrí los ojos abruptamente y mi mano estaba tocando mi parte, me sentía demasiado caliente y decidí yo misma hacerme llegar al orgasmo. Me regañe mentalmente por estar pensando esas cosas y salí con la toalla envuelta a mi pecho, cuando abrí la puerta del baño me quedé estática al verlo parado junto a mi cama, el no quitaba su mirada de mi y no se en que momento la toalla se cayó de mi cuerpo y nisiquiera había reaccionado solo pude ver un pequeño brillo en sus ojos. -Yo solo quería decirte que la cena estaba lista- dijo nervioso dandose la vuelta y cerrando la puerta. Y ahí fue cuando ví que la toalla está en el suelo y grite por no darme cuenta, me vestí con un pans y una playera básica y baje al comedor, mi cara se llenó de vergüenza al recordar que el me vio desnuda y no ayudo en nada que en este preciso momento no quitará su mirada de encima de mi, para mí suerte Amanda apareció y me pidió que me sentará mientras venía el personal a servir la cena, yo me sentía un poco incómoda y no era capaz de alzar la mirada y enfrentarlo por que entró a mi recamara sin permiso, por primera vez no tenía valor de defenderme. -¿Por que no has tocado la cena?- su voz interrumpió mis pensamientos dónde si era valiente y lo enfrentaba. -Discúlpame, creo que no tengo apetito- dije mientras me levantaba de la silla para ir a mi recamara. -Zoé- mi nombre sonó tan bien en su voz >>¿Que estás pensando deberías estar molestaJacob. En el camino a mi mansión note que ella se alejo demasiado de mi, tanto así que me molestó, era evidente que solo quería estar lejos de mi y lo entiendo quien quisiera estar cerca de alguien con el rostro hecho una mierda, sentí una apuñalada en mi corazón >>Tal vez fue un error>tal vez se escapó>la incómodo tu horrible cara>no pongas palabras en la boca de ellaAl día siguiente... Los rayos del sol me despiertan y me doy cuenta que de lo tarde que es, lo bueno que es domingo y tendré este día para organizar mi agenda para las audiencias que tendré mañana, debo averiguar a cuánto tiempo de está casa me queda la firma de abogados de mi padre para no retrasarme mañana, miro el reloj y son casi las once de la mañana y mi estómago gruñe de hambre >>tu no quisiste cenar anoche<< me auto regaño y voy al baño a lavarme mi rostro y mis dientes para después cambiar mi ropa, decido bajar con la mínima esperanza de encontrar el desayuno a esta hora entro al comedor y veo a Jacob y otro chico que es demasiado atractivo. -Buenos días- digo amablemente . -Buenos días- me responde el rubio y Jacob nisiquiera voltea a verme. -Soy Lucca, el hermano menor de Jacob- dice estirando su mano para saludarme y yo estoy sorprendida de que sea su hermano y ahora que lo observó bien tiene bastante parecido al señor Henry. -Supongo que tú eres Zoé la esposa de mi hermano- me pregunta analizando mi reacción. -Si soy la esposa de Jacob- respondo amablemente mientras tomo el brazo de Jacob y este se tensa un poco al sentir mi tacto, supongo que me detesta. -Pues bienvenida a la familia cuñada- dice mientras abre sus brazos y yo me levanto y lo abrazo. El desayuno transcurre tranquilo, el me cuenta un poco de las travesuras que hacía con Jacob y puedo darme cuenta que ellos son demasiado unidos, en un momento suena el teléfono de Jacob y el frunce ligeramente su ceja y va hacia su despacho. -Puedo pedirte un favor- dice Lucca haciendo que lo mire con curiosidad mientas asiento para que continúe -No quiero que le tengas lástima a mi hermano. -Yo no le tengo lástima- suelto un poco ofendida. -No quiero que el sufra, no lo tomes personal pero el ya sufrió bastante en el pasado. -Mi intención no es esa, además nuestro "matrimonio" es solo un contrato. -Lo se pero solo te pido una cosa, si algún día te llegas a enamorar de el, hacelo saber y no temas por su genio el no es lo que aparenta ser- y no se por que pero esto último lo sentí como una advertencia.
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