Por la mañana me despierta mi teléfono. —Hola. —Buenas tardes Caperucita, quería avisarte que en un ratito llego para que comamos juntos y después irnos al aeropuerto. Veo el reloj y pego un grito de sorpresa. —Lo sé, acabas de ver la hora verdad. —Si, me dormí muy tarde. —Me lo imaginé por eso no te desperté antes, pero bueno estoy a 10 minutos de llegar. Cuelga y me levanto de un salto y corriendo agarro mi ropa para darme una ducha que por cierto a sido la más rápida que me he dado en toda mi vida. Estoy terminado de cambiarme cuando suena el timbre. Abro la puerta y ya viene con su informe, trago saliva para no pensar en como se le ve, cuando comienza a caminar para la cocina mis ojos no pueden despegarse de su..su.. bueno sí, de su enorme trasero. —Siento perfectam