Los cinco hermanos se sientan enfrente de la pareja una vez más. Hay una sensación diferente esta vez, su vigilancia no es tan fuerte, sabiendo que Leilani no está en peligro. Un toque de alegría en sus expresiones como si tuvieran un gran secreto, el sentido de justicia que una broma así se jugará en las dos personas malintencionadas. Pero el odio sigue hirviendo más fuerte que nunca.
Maggie está sentada con un diminuto bikini que es demasiado pequeño para su generoso busto, sus pezones están poniendo tensión en los triángulos de tela como si estuvieran a punto de hacer agujeros en el poliéster rojo.
—No esperaba que todos ustedes regresaran tan rápido.
La voz dulce y enfermiza de Maggie corta el aire, haciendo que los cinco quieran abofetearla hasta el suelo. Después de un violento ju
