Capítulo 4 ESA NOCHE, EN TORNO al fogón donde preparaban la cena Alain se mostraba ausente y meditabundo, lo que contrastaba con su costumbre habitual de compartir los momentos de las comidas con sus hombres. El perceptivo Djamba no dejó de notar ese estado y finalmente se decidió a hablar. -Bwana.-Había reemplazado el apelativo de teniente por instrucciones expresas de Garnier. -Cuando estemos solos llámame Alain. -Bien Alain. Te agradezco que me hayas presentado como uno de los héroes de la jornada, aunque reconozco que pusiste al jeque en la obligación de darle la mano a un n***o. -Problema del jeque. -Hay que reconocer que la recepción ha sido muy buena, para venir de árabes. -Es que en realidad tienen fama de ser gente hospitalaria. Djamba meditó su siguiente frase con cuidado