Punto de vista de Jason
Los tres días siguientes fueron maravillosos. De hecho, nos nevó. Por supuesto, podríamos haber salido de la casa si lo hubiéramos necesitado, pero solo queríamos quedarnos y acomodarnos.
Bien por mi.
En su mayor parte, Jade permaneció acurrucada bajo una manta en mi regazo. Sí, hubo algunos pensamientos íntimos, y sí, Frank gruñó, pero sus acciones estaban cambiando. Sus gruñidos no eran tan protectores. Más bien me pedían que bajara el tono de mis pensamientos en lugar de decirme que no debería tenerlos en absoluto.
Extraño.
Y la propia Jade había cambiado. Había algo diferente en la forma en que estaba actuando conmigo pero no pude averiguarlo hasta la noche después de mi regreso.
Ambos nos habíamos quedado dormidos en el sofá frente a la chimenea en la sala de estar. Habíamos estado viendo una comedia romántica que ella había visto mil veces y que con gusto sufriría mil veces más solo para verla llorar al final con lágrimas de felicidad. Estaba recostado boca arriba en el sofá con ella acurrucada sobre mi pecho. Una manta descansaba sobre nosotros. Lo único que podía ver de ella era la parte superior de su cabeza. Mis brazos estaban envueltos alrededor de ella con mis manos apoyadas en su espalda para evitar que rodara, o, al menos, eso es lo que me dije a mí mismo.
No me di cuenta de lo que me había despertado hasta que miré hacia arriba. Frank estaba inclinado sobre el respaldo del sofá, mirándonos con una sonrisa pacífica en su rostro.
Le di una mirada burlona. Si hablaba, me arriesgaba a despertarla. Por lo que escuché sobre sus pesadillas, necesitaba dormir. Así que solo lo miré. Se inclinó y la levantó suavemente para que yo pudiera deslizarme debajo de ella sin empujarla. Él la dejó de nuevo en el suelo, metiendo la manta a su alrededor. Se movió un poco pero nunca se despertó.
—Jason…— murmuró ella. Mi corazón se derritió por completo, sabía que yo no estaba allí.
—Necesito hablar contigo— susurró Frank.
Asentí y lo seguí a la cocina. Me coloqué en una silla para poder estar atento en caso de que Jade se despertara. No quería que se despertara y se sintiera abandonada, pero aquí podíamos hablar normalmente.
—¿Qué pasa?— Pregunté, finalmente quitando mis ojos del bulto debajo de la manta.
Respiró hondo, lo cual sabía que no tenía que hacer. Eso significaba que estaba nervioso o ansioso por algo. Él se rió entre dientes, escuchando mis pensamientos.
—Es la segunda. Isa y yo hemos hablado sobre esto, y ella finalmente está de acuerdo.
Eso me tenía preocupado.
—¿Qué es? ¿Qué está pasando?
—Me di cuenta de que notaste que algo es... diferente con Jade. Mucho más diferente que cuando notaste que se había convertido en una mujer
Bueno, ese fue un gran recuerdo.
Había tenido ese día libre de las patrullas, así que estaba asaltando el refrigerador a la hora del almuerzo. Había extrañado a Jade esa mañana porque había dormido en mi casa en lugar de la de los Blair. Frank me había dicho que ella y su madre habían ido de compras para algunas necesidades. Esas habían sido sus palabras exactas. No había pensado en nada de eso, hasta que ella entró por la puerta. Su olor normal estaba allí, pero estaba mezclado con algo más. Si la madurez s****l tuviera un olor, habría sido ese. Ese había sido el día en que mis instintos de lobo me dijeron que la tomara. Podía sentir cómo me sonrojaba al salir de ese recuerdo... maldición.
—¿Sabes qué es ese algo diferente con ella?— Finalmente pregunté después de que el calor en mis mejillas se calmara.
—Sí— dijo, asintiendo. Sabía que había algo más que quería decir. Estaba allí en la forma en que se sostenía. Así que esperé— Creo... quiero decir, ambos pensamos que deberías hablar con ella ahora, dile lo que necesitas decirle
Por un momento, no entendí, solo lo miré.
Luego, dijo solo una palabra que literalmente casi me heló la sangre en las venas.
—Imprimación
Sentí que se me caía la mandíbula. Sin palabras ni siquiera comencé a cubrir lo que era en ese momento.
—Pero... pero pensé que querías que esperara— tartamudeé— Pensé que querías que ella me eligiera a mí primero.
Suspiró, pellizcándose el puente de la nariz como si tuviera dolor de cabeza. Casi resoplé, no podía tener dolores de cabeza... ¿o sí? Genial, ahora estaba divagando dentro de mi propia cabeza.
—¿Qué pasa, Frank? ¿Qué ha cambiado?— Estaba en el borde de mi asiento. Algo estaba pasando con mi Jade, y no sabía qué era. Eso me asustó.
Sus ojos se abrieron y supe que había hecho la pregunta correcta.
—Ella ha elegido, Jason.
Eso me hizo enderezarme.
—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Quién?— Traté de pensar furiosamente en cualquier chico que se hubiera interesado por ella, o cualquier chico en el que ella se hubiera interesado. No había ninguno que pudiera encontrar en tan poco tiempo.
Frank me miró como si yo fuera tonto.
—Tú, estúpido. Ella te eligió a ti, pero aún no se da cuenta. Nunca ha habido nadie más que tú. La mayoría de las adolescentes al menos están enamoradas de una celebridad, pero no ella, solo eres tú
Mi corazón se aceleró. Entonces, había tenido razón sobre el sueño. Sus sentimientos estaban cambiando. Ella me eligió a mí... Espera un segundo.
—¿Qué quieres decir con que no se ha dado cuenta todavía?
—Creo que todo comenzó con esos sueños. Ahora, ella te está viendo muerto en ellos. Es casi demasiado para su cuerpo lidiar con eso. Su corazón tartamudea y su respiración se rompe. Esa última noche fue la noche que ella soñó con verte muerto. Todas las otras veces fue ella buscándote. La mañana del día en que llegaste a casa fue el día en que había tenido pensamientos sobre ti que nunca antes habían estado en su cabeza.
Se detuvo, inclinando la cabeza hacia la sala de estar. Parecía como si estuviera escuchando algo. No pude oír nada, así que supe que estaba viendo sus sueños de nuevo.
Esto me dio tiempo para pensar. Ella me había elegido inconscientemente. ¿Qué significaba eso? ¿Dónde me dejó esa situación?
—Espera, pensé que podía— hice un movimiento de vacilación con mis manos— no sé, esconder sus pensamientos de ti. ¿Cómo sabes que estaba teniendo pensamientos anormales sobre mí?
Él me ignoró, todavía escuchándola. Después de un momento, volvió a mirarme. Aparentemente, estaba bien.
—Cuando se trata de ti, ahora, sus pensamientos son tan fuertes que se filtran. Eso, o su escudo se está resquebrajando. Su concentración se está esforzando, porque está tratando de descubrir qué siente por ti. Pero lo extraño es que ella puede controlarlo cuando estas cerca. Es casi como si fuera más débil cuando estás lejos de ella— Sonrió como si estuviera recordando algo— Se sorprendió pensando en lo decente que quería lucir para ti en caso de que volvieras a casa ese día
Eso me tomó por sorpresa.
—En serio, wow— Me rasqué la cabeza principalmente por algo que hacer— Supongo que eso es algo bueno
Frank negó con la cabeza, sonriendo.
—Si crees que eso es algo, no creo que debas escuchar el resto
Me deslicé más cerca de él.
—¿Qué? ¿Qué pensó ella?— Quería saber, pero, de nuevo, no lo sabía.
Estaba sonriendo de nuevo.
—Como su padre, no debería pensar que esto es divertido, pero de alguna manera me recuerda un poco a Isa y a mí
Levanté mis cejas, tal vez no quería saber sobre esto.
Continuó de todos modos.
—Ella piensa que, para ser un chico mayor, eres muy atractivo
No pude evitarlo, me rei en voz alta. Frank se unió con su risa apenas audible.
Me reí de nuevo mientras volvía al aquí y ahora. Tuvimos que terminar la conversación allí porque nuestra risa había despertado a Jade. Se había enfadado conmigo por dejarla allí sola. Debería haber sabido que lo haría.
—¿Que es tan gracioso?— me preguntó ahora.
Estábamos en el sofá viendo a Gabriel y Ambar jugar videojuegos. Ella había estado acercándose a mí durante la mayor parte de los diez minutos. Mi brazo tembló, queriendo envolver sus hombros y tirar de ella a mi lado. Pero me las arreglé para controlar mi m*****o rebelde. Sus pies estaban recogidos debajo de ella, sus manos entre sus muslos tratando de calentarlas y su cabeza en mi hombro.
Negué con la cabeza.
—Nada. Solo estaba recordando una conversación que tuvimos tu papá y yo