Un rato después, el mismo día Dubái Amira –Mi princesa no llores, vamos a encontrar una salida– me asegura mientras limpia mis lágrimas con la yema de sus dedos. –¿Lo crees? –le cuestiono incrédula. –Quiero creerlo, ahora solo déjame disfrutar estar a tu lado– me pide mientras me abraza con todo su ser. –Amor, debes volver con el resto de invitados para no levantar sospechas– le sugiero separándome un poco de él. –Te amo, mi princesa no lo dudes– me asegura robándome un beso. –Yo también te amo, ahora ándate por favor– le pido. Lo veo retirarse mientras me he quedado sin saber que hacer, quise por un momento terminar nuestra relación, pero tener a Lanci delante de mí lo hizo imposible, ver la manera en que mi miraba me estremeció el corazón, sentí que me faltaba el aire, no puedo