El mismo día, un rato después Dubái Amira –¡Amira! ¿Qué haces aquí? No tienes derecho a husmear en mis cosas– me reclama furioso. –Papá no te oí entrar…estaba buscando un documento de las fundaciones y encontré este contrato ¿Me puedes explicar qué significa esto? –le digo molesta poniendo el contrato en el escritorio para que lo mire. –No tengo que darte ninguna explicación de lo que hago, soy tu padre– me afirma furioso. –Te equivocas padre, aún no puedo creer lo que dice este contrato ¿No tienes noción de lo que has hecho? Le ibas a arruinar la vida a dos personas–le digo llena de rabia. –Amira, lo único que hice fue impedir que tu hermano deje sus raíces, sus costumbres por una mujer, cuide su destino– me grita furioso. –Al jeque solo le interesa hacer su voluntad, no puede a