Capítulo 32

2197 Words
Luther se sentía como un maldito incompetente. Como un estúpido, imbécil e idiota novato que se sintió demasiado nervioso en su primera misión. El hecho de que no hubiera podido proteger correctamente a su elegido era algo imperdonable para él. Por mucho que los demás le hubieran alabado por su buena reacción y rápida comprensión de la situación, Luther no sentía que hizo un buen trabajo. Después de todo, si realmente lo hubiera hecho, Zac no habría resultado herido en su muslo derecho con una herida de bala que necesitó siete puntos de sutura. Siete malditos puntos uniendo la dulce piel firme de sus muslos por un roce de bala. Y al hombre lobo le importaba una mierda que los paramédicos hubieran dicho que realmente no se trató de una herida grave y que afortunadamente el roce de la bala fue lo suficientemente superficial como para no dañar nada internamente, como una vena o un hueso, el solo hecho de que Zachariah hubiese resultado herido, era lo que le importaba a Luther. Si tan solo hubiese respondido mejor, actuado de otra forma o tal vez prestado más atención a su pareja, podría hasta haber evitado aquella herida en su muslo. Joder, por más que intentaba repasar toda la escena en su cabeza, no lograba calzar el momento exacto en que aquella estúpida balaba podría haber pasado lo suficientemente cerca para dañar a su pareja. Por más que intentara recordar, todo había sucedido tan rápido y de un momento a otro, que se había dejado mover mayormente por los instintos de su lobo. "Zac, ver" Pidió su lobo, deseando comprobar el estado de su elegido. Lamentablemente, Zac había dejado bastante claro que no deseaba ver a nadie tras llegar a la mansión del juez Di Montelroso, incluyéndolo directamente en ello. Razón por la cual se encontraba en ese momento el jardín trasero de la casa, observando a la habitación de su chico en lo que seguía arreglando con Caden y todo el equipo los nuevos cambios en la seguridad. —¿Aún no te mueves de aquí? Bajando la mirada, Luther observó al hombre lobo acercarse y detenerse a su lado. —¿Sigues culpándote por lo que le pasó a tu chico? —Recibió un puto disparo en su muslo aun cuando estaba con él y no me quiere ver —espetó con voz dura. —Fue el roce de una bala, no lo dramatices tanto que hasta el mismo paramédico dijo que no era tan profunda como la herida en tu brazo —indicó Caden. Luther chasqueó su lengua y observó a su alrededor antes de colocar su mirada en su jefe. —No es lo mismo y lo sabes. Mi herida pudo haber sido más profunda, pero no soy igual que Zac. En un par de días estaré como nuevo, mientras que mi chico no —le recordó—. Y no te atrevas a decirme que no lo piense mucho o cualquier mierda, porque ambos sabemos que si Asher hubiera resultado herido de esa forma en tu presencia, estarías dando vuelta el mundo atrapando al desgraciado. Manteniendo silencio, Caden asintió sin debatir aquello. —Comprendo cómo te estás sintiendo... —Ya te dije-... —¿Olvidas que Asher fue secuestrado por el estúpido que se hizo pasar por un lobo omega? Ese imbécil también lo lastimó, así que no me vengas con mierda aquí, porque sé mejor que nadie como te siente —le gruñó—. Y así mismo, te digo que sentirte culpable por ello no servirá de nada, tienes que despejar tu mente para concentrarte en lo importante, tu chico. —Sí, porque claramente está muy feliz en este momento —resopló Luther señalando la ventana cerrada. —Desde un principio mostró su disgusto ante la idea de mudarse aquí, no esperes que sea todo sonrisitas. Luther exhaló lentamente y cruzó sus brazos. —Lo sé, pero era lo mejor para él considerando la situación. —Es algo que debió de haber ocurrido antes, te advertí que los ataques con los demás familiares de Maximo estaba empeorando y que lo mismo podría ocurrir con tu chico. —Lo sé —asintió—. Pero tienes que reconocer que a comparación de lo que le hicieron a la esposa o el hijo, lo de Zac no era tan grave. —Hasta hoy. —Fue mi culpa. Me dejé convencer por Zac ante la relación que tiene con toda esta familia —reconoció. —Entonces sería mi culpa también por no obligarte —indicó Caden—. Solo hace las cosas bien desde ahora, sé que estás intentando cortejarlo, pero recuerda que su vida sigue corriendo peligro. Luther asintió con su mandíbula tensa. —Lo de hoy fue una lección que no olvidaré. ¿Terminaron con los nuevos arreglos? —Sí, ya instalaron el nuevo sistema de seguridad en toda la casa y se explicó a cada integrante cómo funcionaba, menos a Zac, pero creo que tu chico ya está al tanto. Por ahora aumenté la seguridad colocando dos guardaespaldas por persona. —A Zac no le gustará. —Por eso a él lo dejé solo contigo, eres más que suficiente para protegerlo —aseguró. —¿Qué sucede con todo lo que ocurrió hoy? ¿Alguna información? Caden asintió y volvió su mirada al frente. —No te gustará. —Déjame adivinar, el idiota que atraparon herido lo dejaron ir tras pagar su fianza. —No. Lo mataron en el hospital. El personal médico trabajo en él hasta dejarlo estable, pero de alguna forma lograron llegar a él. —No me gusta esto, es como un callejón sin salida —gruñó. —Me lo dices a mí —resopló el lobo alfa—. Al menos con los detectives ya reducimos la lista a tres posibles amigos de Courtney que lo ayudarían. ¿Lo malo? Ninguno es mejor que el otro y se desconoce el paradero de uno. —No me estás logrando animar si ese era tu intento. —Te informo para que te mantengas alerta —aclaró—. La amenaza de Courtney hacia Maximo fue real, y lamentablemente afecta a toda su familia. —Estúpido saco de mierda debió de haber ido solo contra el padre si tanto coraje le dio porque lo atraparan —gruñó. —Por hoy, dejaré hombres fuera de la propiedad y me he puesto de acuerdo con la policía para que estén dando constantes rondas durante la noche. —De acuerdo —asintió. —Cuando te encuentres con tu chico, sería bueno que le comentaras que se abstuviera de salir de casa por el momento, ya sea para trabajar o por placer. —Con esa herida difícilmente le dejaré salir a cualquiera lado, ni siquiera a trabajar —resopló Luther. Al sentir la presencia de alguien, ambos inmediatamente observaron hacia el frente y contemplaron a la esposa de Maximo salir con su pequeña figura bien vestida como siempre. —La cena está siendo servida, ¿por qué no entran y se sientan con toda la familia en la mesa? Estoy segura de que deben de estar cansados y hambrientos considerando el largo día que ha sido este —expresó Sloane. —Gracias, pero me retiro. Mi pareja me espera en casa —rechazó Caden. Y sin darle más vuelta al asunto, se despidió de Luther con un movimiento de cabeza antes de dejar la mansión. —¿Y tú? —¿Todos estarán presente? —preguntó Luther, observando hacia la ventana de su chico. —Por supuesto. Ante la idea de poder ver a su chico, el hombre lobo asintió y siguió a la pequeña humana al interior de la casa. Aunque era un poco difícil de creer que su Zac realmente quisiera sentarse en la mesa con ellos, no perdía nada con intentar averiguarlo. Tras llegar al comedor, se detuvo ante la mesa al contemplar a todos sentados en sus respectivos lugares. Con Maximo en la cabecera de la mesa y Paxton a su izquierda. Sloane tomó asiento al lado de su esposo a la derecha y seguido estaba su hija. No había ninguna señal de Zac en ese cuadro, ni siquiera habían servido un plato para él. —¿Y Zac? —Lo invité a bajar y cenar con nosotros, pero me rechazó con su particular manera —expresó Paxton. —Solo di que te mandó a la mierda —bufó la hermana—. Al menos a ti te habló, a papá lo ignoró por completo. —Zac tuvo un día difícil, querida—expresó su madre. —Cierto, fue lastimado por una bala y su departamento tuvo daños otra vez —indicó el padre—. Hay que dejarle que descanse tranquilamente en su habitación —Por favor, Zac solo está exagerando la situación —resopló Anika. —¿En serio? —cuestionó Luther. Y la pequeña copia de Sloane debió de haber pasado por alto el tono indignado del hombre lobo, ya que se acomodó en su silla y empujó su cabello castaño rubio detrás de su hombro. —Por supuesto. A nosotros también nos han pasado cosas horribles estas semanas, por ejemplo, a mí me persiguieron saliendo de la escuela y también me apuntaron con un arma —contó—. Fue realmente horrible, casi me da un ataque de pánico. —La diferencia aquí, es que a ti solo te amenazaron y persiguieron. Sí, me imagino que debió de haber sido un gran susto para ti, pero no puedes comparar tu situación con lo que pasó a Zac. Estando en su propio departamento fuimos atacados, literalmente tenía a cuatro hombres disparando e intentando invadir su hogar. Recibió una herida en su pierna producto de ello —indicó—. Creo que un ataque de pánico es algo simple a comparación de lo que vivió hoy. Anika presionó con fuerza sus labios y observó directamente su plato. —Yo solo decía —pronunció encogiéndose de hombros. Un tenso silencio llenó el comedor, el cual fue interrumpido por una empleada que entró y sirvió un plato más en la mesa para Luther. —Gracias, pero ya he perdido el apetito —indicó el hombre lobo antes de que sacara todo del carrito—. Revisaré si el sistema de seguridad ya está funcionando correctamente. —Lo hace, su jefe se aseguró de ello antes de irse —comentó Paxton. —¿Te irás ahora? —preguntó Sloane. —No, yo me quedaré con Zac —declaró. Dejando bastante claro que no era una posibilidad, él se estaría quedando con su elegido sin importar lo que dijeran los demás. Pero por supuesto, nadie dijo realmente algo. —Nuestros guardaespaldas se quedan a dormir en el anexo, arreglaré para que tengas una habitación —comentó Sloane. —No, creo que no entendió. Cuando dije que me quedaba con Zac, es porque me estaré quedando con él, en la misma habitación o una cercana. No lo perderé de vista —explicó. —Los otros guardaespaldas no se quedan en la casa al lado de nosotros —indicó Maximo. —Hasta el momento, ninguno de ustedes ha sido herido por una bala —indicó Luther—. Y no es por nada, pero considerando la personalidad de Zac y su poco agrado de permanecer aquí, prefiero mantenerme a su lado. —Por favor, como si Zac realmente pudiera salir de esta casa con todos los arreglos que le han hecho —bufó Anika. —Creo que si te tomaras el tiempo de conocerlo, te darías cuenta de las cosas increíbles que puede hacer Zac. ¿Escapar de esta casa? Aún herido sería algo posible para él —aseguró Luther. —¿No es eso una exageración? —preguntó Paxton—. Sé que su condición física es buena, pero... —Su trabajo requiere más que una simple condición física buena —interrumpió Luther. —Bueno, quedarse en la casa es una decisión que depende de mi esposo —expresó Sloane. Con ello, toda la atención recayó en Maximo. —De acuerdo, tendrás la habitación que está al lado de Zachariah —aceptó el juez. —Perfecto, entonces te daré un recorrido de toda la casa —saltó Anika. —Él ya tuvo un recorrido por toda la casa, Anika —indicó su hermano. —Sí, pero lo hizo por trabajo, no entró a todos los lugares —argumentó. —Si lo hice, y también revisé el mapa de la casa, por lo que no es necesario ningún recorrido, ya conozco a la perfección cada lugar de esta casa —aseguró Luther—. Sigue disfrutando de tu cena. Sin deseos de desperdiciar más tiempo en ese lugar, Luther se retiró y fue directamente hacia la cocina, en donde se encontraban un par de mujeres. —¿Cuánto tardarían en preparar macarrones con queso y pollo? Es la comida favorita de Zac —explicó. —Cinco minutos —aseguraron ambas, ya comenzando a moverse. —¿Y tienen algo con chocolate amargo? —indagó. —No, pero tenemos pudín. —Me servirá —asintió Luther—. Por favor, necesito dos platos de esos.
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