PRÓLOGO.
Mi madre y mi hermana por poco derrumban la puerta de mi habitación de tanto tocar para que salga a comer, les dije que estaba estudiando que pronto bajaría pero siendo sincera no tengo hambre, ni una pizca de ánimo de vivir.
~Flash Back~
— Mírenla, ¡Parece una anoréxica! —comentó la rubia de nombre Sasha, y todas las chicas estallaron en carcajadas.
Hace unos meses me había pegado la separación de mis padres, mis notas bajaron y mi apetito desapareció.
— ¡Es un costal de huesos e idiota!— gritó una morena que nunca en mi vida había notado, mientras las demás no dejaban de reír.
Salí del baño a medio vestir y me fui a casa, para encerrarme en la habitación
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El verano de ese mismo año me encontraba trabajando en un restaurante de comida rápida a mitad de la noche.
— Hola Guapa— me guiño el ojo, aquel rubio ojos verdes era precioso y de otro instituto, casi siempre pasaba por allí a comer algo.
—Hola. — me sonroje y él me dio una perfecta vista de sus dientes.
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— ¡Jamás saldría contigo!— se echó a reír con todos los de la fiesta
—¿Que no te has visto en un espejo? Primero muerto que tirarme algo como tú— mis lágrimas abandonaron mi cuerpo y me eche a correr, tropecé con alguien en la puerta y caí siendo bañada en alcohol.
Escuche las risas más altas, golpee el brazo del chico que trataba de levantarme, me pare tan rápido como pude y salí de allí disparada.
Esa noche de Julio me propuse a mí misma a no llorar jamás, a levantarme sin miedo alguno y a no creer en nadie por culpa de aquel chico con el que salí durante un tiempo y que termino engañándome con la rubia que se burló de mí en los baños del instituto.
Llegue a casa y tome un cuchillo, me mire al espejo fijamente agarre aquel ramo de cabellos negros y lo corte.
Antes llegaba hasta mis hombros, n***o, lleno de brillo y liso pero ahora solo esta ese corte varonil de moda
— Adiós al maquillaje...
Todo el que tenía lo guarde en un cajón con candado junto a todas mis faldas y camisas de tonos claros o dibujos aniñadas.
— ¡Hoy es un nuevo comienzo! —digo para mí— Ya basta de burlas, Ya basta de sufrimiento.
Hasta hoy escribiré en estas hojas color rosa pastel de olor a frutas, hasta hoy dejare de ser Chloe Summers y daré la Bienvenida a Brad Summers, el chico rudo del instituto.
Cierro el cuaderno de un fuerte golpe y lo arrojo bajo la cama.
— Adiós Querido Diario, Hola nueva vida.